Baloncesto

ANÁLISIS | LA CANTINA

Alba Torrens brilla otra vez como una estrella

Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

VALÈNCIA. Un día, en confidencia, le pregunté a Rubén Burgos por qué había decidido renovar a Alba Torrens. A ver, la mallorquina es una leyenda, está claro, pero también era evidente que ahora, a sus 35 años, ya no arrollaba como en su primera juventud y que tiene un sueldo elevado. El entrenador del Valencia Basket me miró con cierta ternura y me dijo: “Mira, Miñana, estoy seguro de que llegará un día que el equipo estará atascado. Tendremos serios problemas para anotar en un partido importante. Y ese día, saldrá Alba, meterá dos canastas y nos sacará del apuro. Solo por eso ya quiero tener a Alba en mi equipo”.

Alba le da mucho más que ese par de canastas salvadoras. La seis veces campeona de la Euroliga, quién sabe si la mujer más importante de la historia de nuestro baloncesto, es la profesionalidad hecha jugadora de baloncesto. Su rigor, su seriedad, su humildad, su ascendencia sobre las compañeras, que tienen muy presente quien ha sido y quien es, todo eso la convierten en una figura que aporta mucho al equipo.

 

Alba Torrens tiene otra ventaja. Sabe la edad que tiene y sabe perfectamente cómo están sus rodillas. Así que no aspira a ser la estrella del equipo. La alero mallorquina sabe que el grupo necesita otras cosas de ella, que sus roles son otros. Y así, sin ningún trauma ni frustración, ha seguido su camino como una valiosa secundaria.

 

Pero llegó un día, o dos, como vaticinó Rubén Burgos, y el Valencia Basket se vio en los cuartos de final de la Liga Femenina sin Queralt Casas, Leti Romero ni Alina Iagupova. El equipo estaba en los huesos. Y aunque el rival, el Joventut, no era un primer espada, las carencias en la línea exterior eran notables. Y esos dos días, tanto en la ida, en Badalona, como en la vuelta, en la Fonteta, Alba Torrens comprendió al instante que su equipo no necesitaba una secundaria con experiencia. No. Sus compañeras pedían a gritos una líder.

 

Y ella ha sido una de las mejores líderes de los últimos tiempos.

 

La número 7 del cuadro ‘taronja’ dio un paso al frente y lideró al Valencia en sus dos triunfos ante la Penya. En los ojos de Leo Fiebich, MVP de la Liga en las dos últimas ediciones y campeona de la WNBA, donde juega al lado de figuras de la talla de Breanna Stewart o Sabrina Ionescu, me pareció ver el brillo de la admiración en una jugadora que no se deja impresionar fácilmente. Todo el equipo, en realidad, se rindió ante una estrella que lleva tres temporadas en Valencia y que no se ha convertido en la líder de anotación y creación de juego hasta que no ha sido imprescindible. Pero que tiene tanto talento y tanto oficio que, cuando ha sido necesario, ha sido capaz de hacerlo.

 

El día que el Valencia Basket tenía que jugar su semifinal de la Euroliga contra el Çukurova, llegué por la mañana al pabellón Príncipe Felipe de Zaragoza al lado de Nacho Rodilla, leyenda ‘taronja’. Todas las jugadoras saben, o deberían saber, quién es este exjugador de Llíria que marcó una época en la historia del club. Ahora se ha convertido en el mejor analista del Valencia Basket, tanto de mujeres como de hombres, como comentarista de À Punt, y está presente en muchos partidos del equipo. Pero esa mañana -el Valencia jugaba por la tarde- solo hubo una jugadora que fue a saludarle: Alba Torrens.

 

Cuando este artículo salga a la luz, el Valencia ya habrá jugado en Salamanca el primer partido de las semifinales. Eso me hizo dudar sobre si escribirlo o no. Imagínate que Alba Torrens hace un partido espantoso ante el Perfumerías Avenida. Pero después de darle muchas vueltas, llegué a la conclusión de que es al revés: ella ya ha hecho un servicio impagable al club. Torrens, más allá de futuras actuaciones, ya ha demostrado que tiene la capacidad, algo al alcance de una minoría, de ser una secundaria y convertirse en la jugadora más relevante de una eliminatoria solo porque su equipo lo necesita. Solo por eso, sin importar todos los trofeos y noches memorables que lleva a su espalda desde que comenzó en el baloncesto, ya merece mi más profundo respeto.

Recibe toda la actualidad
Plaza Deportiva

Recibe toda la actualidad de Plaza Deportiva en tu correo