VALÈNCIA. Jon Pérez Bolo se despedirá de la Ponferradina en el encuentro de este sábado ante la SD Amorebieta, precisamente en su casa, en Lezama. El técnico bilbaíno, que comunicó a su club que no renovará su contrato, ha admitido este viernes que ya ha trasladado su decisión incluso a los futbolistas, con la temporada del conjunto berciano ya concluida, sin objetivos, pero muy cerca de las plazas de playoff de ascenso a Primera División.

Bolo es uno de los entrenadores que podrían entrar en el casting de Felipe Miñambres para el banquillo del Levante de la próxima temporada. Su experiencia en la Ponfe, con dos últimas buenas campañas en la categoría de plata y un ascenso en 2019, le colocan como uno de los preparadores más apetitosos de Segunda. Onda Deportiva Valencia informó de la presencia del nombre de Bolo en las listas de Miñambres e incluso el vasco ha estado escrito en otras agendas. El Alavés le incluyó como alternativa antes de llegar a un acuerdo con Luis García Plaza y en el Rayo Vallecano se tuvo en mente su figura en caso de marcha de un Iraola que, finalmente, acabó renovando como franjirrojo. 

Hoy Bolo cuenta con intereses de varios clubes. De hecho, el propio entrenador ha dicho en su última rueda de prensa con el escudo de la Ponfe en el pecho que su marcha "no es por dinero" y que no ha negociado con ningún club antes de dar el 'no' definitivo al cuadro de León: "Tengo unos representantes que imagino habrán estado haciendo su trabajo y ahora veremos lo que pasa. El fútbol es mi pasión, mi trabajo, y no sé si tendré la suerte de que algún club confíe en mí", ha afirmado.

En cuanto a las razones, el bilbaíno ha asegurado que la clave de su marcha es "no estar al 200%": "Notaba que no tengo esa gasolina que se necesita. Otras temporadas he acabado cansado pero viendo que podía aportar cosas al club. Ahora no lo siento así y por eso doy un paso a un lado", ha dicho al tiempo que ha insistido en que nunca ha hablado de condiciones económicas a la hora de decidir su continuidad en El Bierzo.