ELCHE. Hay muchas maneras de expresar la situación del Elche respecto a su objetivo de la permanencia. Casi sellada, prácticamente sentenciada, a tiro, a una victoria, a punto, encarrilada…por mi parte, todas esas definiciones tienen un componente condicional. Hay buena parte del entorno que quita el "casi", el "prácticamente" y emplea palabras como "garantizada". E incluso ya piensan más en luchar por el 'play-off'. La gran dinámica y las distancias clasificatorias animan a ello. Pero yo, al igual que Pacheta y parte de la directiva y la afición, mantengo la cautela.
El equipo ilicitano suma 45 puntos a nueve jornadas del final. Difícilmente eludiría el descenso con esa cifra. Creo que con un triunfo más podría ser suficiente para certificar la meta primordial. Tiene dos meses por delante para conseguirla. Pero debe hacerlo. Cuanto antes, mejor. Y ojito a su calendario inmediato. Visita al Albacete, tercero, en buena racha e invito en casa. Recibe a Osasuna, líder indiscutible y mejor conjunto de la segunda vuelta. Y cita a domicilio contra el Sporting, la escuadra que más puntos ha sumado de las últimas jornadas.
No quiero ser agorero, pero ¿qué pasaría si el Elche no gana ninguno y saca, por ejemplo, dos puntos de nueve? Pues posiblemente diría prácticamente adiós a sus opciones de promoción, no aseguraría todavía su salvación y reduciría su margen sobre el descenso. Y podrían surgir algunos nervios tras torcerse la línea positiva de resultados.