VALÈNCIA. Ya ha comenzado la cuenta atrás. Seis citas le restan al calendario en Segunda División y el Levante está a tres puntos de las de 'playoff'. Escrito así, y sin atender al mar de clubes que pelean por el mismo objetivo por delante del cuadro granota, suena incluso bonito. Pero la realidad es que al equipo de Felipe Miñambres no le quedan muchos más cartuchos para disparar al ascenso. Las sensaciones tras la puesta en escena en Santander son buenas, pero el equipo sigue ávido de victorias y, sobre todo, de una concatenación de ellas. No ocurre desde octubre y entonces todavía era Javi Calleja el entrenador. La sequía no es de imagen, sí de resultados: cinco puntos de los últimos doce así lo acreditan. 

Y el torneo regular vuelve a casa después del último 'sopapo' del Amorebieta, en el último minuto. Si eso vuelve a suceder, si el Levante cae o, directamente, no logra ganar ante el Cartagena este fin de semana, la sexta posición puede marcharse a seis puntos. Y eso, a falta de quince por jugar, contando siempre con los cuatro equipos que circulan delante y también quedarían ahora mismo sin ascenso, es una distancia considerable. De ganar, se podrían incluso empatar los puntos de 'playoff', aunque también es una tarea harto complicada, pues el resto de rivales directos también tienen duelos que, además, no son a priori exigentes. 

Eso es algo que, precisamente este curso más que nunca, es imposible de predecir. Los de abajo acostumbran a sorprender a los de arriba y de eso el Levante tiene más de una lección en la mochila esta misma temporada. Lo cierto, aún así, es que esta jornada solo ha habido un enfrentamiento directo -el de Elche y Espanyol este sábado- y, el resto, son choques muy polarizados. Y en ese orden de extremos, el equipo de Felipe Miñambres tiene uno de los calendarios más 'teóricamente asequibles' de entre los que aún se consideran candidatos.