GETAFE. Empate y gracias o como lo definió el propio Pako Ayestarán: "Nos hemos encontrado un punto". El Valencia CF logró un empate en el Coliseum Alfonso Pérez de Getafe que no mereció y volvió a mostrar la cara amarga que ha ofrecido en la mayoría de las treinta y cinco jornadas que se han disputado ya del campeonato liguero.
Los futbolistas salieron al campo sabiendo que el único objetivo por que el que podían pelear todavía en la temporada se había puesto muy cuesta arriba con la victoria minutos antes del Sevilla en el Pizjuán. Sin embargo, lejos de espolear eso al equipo y de seguir por la senda de continuar poniéndole maquillaje a la pobre temporada que han firmado se dedicaron a ver correr a un Getafe que se jugaba la vida y que mereció ganar por una renta abultada el partido. Algo que sólo impidió otra vez más el brasileño Diego Alves, que está en un momento buenísimo de forma y ya ha olvidado totalmente su lesión.
A los trece segundos Paco Alcácer remató a las manos de Guaita la oportunidad más clara del primer tiempo para los valencianistas. Un robo de Rodrigo Moreno y una pared dejó al valenciano en ventaja pero el remate fue centrado y ahí se acabó el Valencia CF. No hubo nada de la intensidad que si mostraron ante el Barça en el Camp Nou o principalmente en la primera parte ante el Sevilla FC en Mestalla. Ese equipo se diluyó. El Getafe, con pánico a perder el partido en los primeros minutos tardó mucho en irse hacia arriba, pero siempre fue el que supo llevar el partido a donde le interesó.
A la media hora de partido los azulones ya mandaban y los blanquinegros trotaban por el campo sin una idea. Como en tantos y tantos minutos de la temporada. Los locales tuvieron dos ocasiones clarísimas antes del descanso. Primero Pedro León en una contra, tras pérdida de Rodrigo, que llevó el solo y que finalizó con un disparo cruzado que se estampó con el larguero cuando parecía gol. Sólo unos minutos después Álvaro Vázquez se plantó solo ante Diego Alves, después de que Abdennour y Mustafi chocaran entre sí en una imagen impropia de centrales de primera, pero fue incapaz de superar a Alves. Primero el brasileño y luego enviándola fuera cuando tenía al portero vencido. Ya no hubo más para los madrileños en el primer tiempo pero los de Pako ni se acercaron por las inmediaciones del área azulona.
El segundo acto en teoría solo podía a mejor. Pero no. Fue a peor. Los valencianistas estuvieron muchísimo peor en el segundo acto en el que llegaron tarde a todo y en el que pudieron ser goleados pero terminaron llevándose un empate a dos tantos. A los tres minutos, Parejo puso en la misma escuadra una falta en la frontal sobre Rodrigo. La ejecutó con maestría en una de sus grandes virtudes. Últimamente juega más liberado de mente y eso le ayuda en esta faceta. En cambio, el equipo no aprovechó ese gol que debía ser un mazazo para un conjunto débil como el que había enfrente. El Getafe se retorció y los cambios de Mina por Enzo y Cancelo por Barragán fueron sin trascendencia.
Los locales atropellaron al Valencia CF. Lo pasaron por encima en todo. En fútbol, en ocasiones, en intensidad, en disputa, en definitiva fueron un equipo y los valencianistas una caricatura. En el minuto catorce del segundo tiempo Medrán reventó a Diego Alves después de que el arquero volvier a salvar un gol cantado. Ese tanto encendió a la grada y le metió la ilusión y la gasolina que necesitaban los getafenses. Sólo ocho minutos después, el serbio Scepovic le robó la cartera al egipcio Abdennour, que volvió a ser el de todo el curso, y se plantó ante el meta valencianista con la pelota controlada para con frialdad y calidad rematar con el exterior y llevar la locura al estadio. Estaban fuera de descenso. Habían remontado ante la pasividad de un Valencia CF contemplativo.
Quedaban 22 minutos por delante en los que nadie se echó al equipo a la espalda. Era como si con los tres partidos anteriores en los que se había ganado y se habían logrado los puntos para no sufrir ya hubiera renta para no defender al club hasta el último segundo de temporada. Negredo se marcó una jugada de las que ha hecho muy pocas como valencianistas y le regaló con muchísima clase un gol a Paco que le servirá en su lucha por la Eurocopa, pero es un bagaje muy escaso para un equipo que estaba obligado a dar la cara. Un equipo que ha sido una lágrima durante todo el curso y que por tres victorias decidió en Gatefe bajar los brazos y dejarse llevar. Lo hizo ante el máximo accionista, porque ayer y de sorpresa Peter Lim apareció en el palco del estadio madrileño para ver in situ el partido de su club. El que él junto a sus asesores deportivos ha construido y de momento le ha dado muchos disgustos. Unos disgustos que el valencianismo ha sufrido durante todo el curso. Lo de de este domingo sólo fue una más.