VALÈNCIA. De Wesley Moraes y Soldado, a Fabricio y Dani Gómez. Es el cambio de puntas del Levante esta temporada que, de momento, tras diez jornadas ligueras transcurridas, ha surtido un efecto sobresaliente para Felipe Miñambres. Sobre todo, por la explosión hasta la fecha del brasileño después de reclutarle el pasado verano procedente del Celta, a donde el propio ejecutivo astorgano se lo llevó en 2021. El caso es que, con Fabri y Dani Gómez acompañando a Bouldini, la delantera granota supera con creces las estadísticas que registraba el curso pasado a estas alturas: de 1 gol de los tres arietes -lo anotó Soldado en la visita del Villarreal B- a los 8 de este año. Este Levante, en cómputo general, también es un equipo más goleador que el de antaño: de solo 9 goles en la etapa a caballo entre Mehdi Nafti y el interinaje del director deportivo, a los 14 del inicio de campaña con Calleja a los mandos.
Y es que esta versión del elenco levantinista es la que sí tiene gol. De los tres delanteros de la pasada temporada, realmente solo Bouldini fue el que contó con la confianza total del entrenador. Ni Soldado, que disputó minutos postreros en la fase crucial de la temporada y el playoff, ni un Wesley sobre el que el club de Orriols albergaba una opción de compra de 10 millones de euros ejecutable en caso de consumar el ascenso. Sin embargo, antes incluso de clasificar para la promoción la dirección deportiva ya había decretado que, ni en Primera ni durante otro año más en Segunda, se iba a ejecutar cualquier traspaso por el brasileño cedido del Aston Villa -hoy, por cierto, en las filas del Stoke City, donde tampoco ha anotado todavía-.