VALÈNCIA (EFE/Alfonso Gil). La propiedad del Valencia CF ha alcanzado en el verano de 2020 su cota más baja de apoyo y popularidad entre el valencianismo de sus primeros seis años de presencia en la entidad, poco después de haber disfrutado en 2019 de uno de los mejores momentos de toda la historia del club.
Mientras hace poco más de un año el Valencia culminaba la celebración de su centenario con el título de la Copa del Rey, ahora vive una situación de inestabilidad marcada por los resultados deportivos más recientes y la falta de sintonía entre sus propietarios y su masa social.
Desde octubre de 2014, la propiedad del Valencia corresponde a Meriton Holdings, una empresa de Singapur propiedad de Peter Lim, que ahora está representada en Valencia por Anil Murthy, presidente del club desde julio de 2017.
Aunque en los tiempos de éxito deportivo de hace un año, los dirigentes del Valencia no despertaban un gran entusiasmo, la situación nada tenía que ver con la actual, marcada por las concentraciones de aficionados en su contra, muestras de rechazo a su forma de dirigir el club y propuestas para que el valencianismo recupere esa propiedad.
La Copa, Marcelino y Mateu
Hace un año, los jugadores que ganaron la Copa del Rey, el entrenador, Marcelino García Toral, que fue despedido en agosto de 2019, y el director general, Mateu Alemany, que salió meses después, eran los ídolos de un Valencia que incluso tras sus salidas mantuvo un nivel competitivo aceptable, al menos hasta el comienzo de un 2020 catastrófico.
La llegada de Lim en 2014 provocó básicamente tres reacciones entre el valencianismo. Por una parte, hubo quienes consideraron que la opción era buena al conllevar una aportación económica necesaria para revitalizar la entidad, mientras que otros la consideraron un mal menor necesario al no haber nadie en Valencia capaz de asumir la situación.
Finalmente, un sector del valencianismo mostró su oposición al nuevo propietario, lo que no impidió que éste fuera recibido en su primer partido en Mestalla con entusiasmo por parte de los que confiaban en el proyecto.