VALÈNCIA. Javi Calleja sabe que el proyecto que abanderará la próxima temporada en el Levante será distinto. Muy distinto. El técnico continuará en el barco granota en busca de volver a optar al ascenso la próxima temporada, pero tendrá a su disposición una plantilla radicalmente distinta. Fue de uno de los puntos en el careo con un Felipe Miñambres que habrá de jugar al rompecabezas financiero para armar el próximo vestuario. Calleja ya no contará con piezas que han sido clave esta temporada: Campaña, al que se ha visto obligado a perder por lesión durante gran parte de la temporada, ya no será uno de sus centrocampistas. Y habrá que vender.
De Frutos es el que más cerca está en estos momentos de salir y, además, el club ha de aligerar esa rampa de salida antes del 30 de junio para cuadrar las cantidades presupuestadas en las cuentas. El segoviano apunta a ser el primero y, detrás, otros como Pepelu o Vezo también acumulan papeletas. El caso del central por ser una de las nóminas importantes de la plantilla, el del centrocampista porque, además, es uno de los jugadores más pretendidos en la élite del fútbol español, donde residen clubes que basarán gran parte de su estrategia de mercado en pescar en la Segunda División.
Pero hay más futbolistas en la rampa, aunque por todos el club escuchará ofertas. Entre los cedidos que regresan a sus respectivos equipos de origen y los jugadores que acaban contrato, a falta de que el club pueda decidir sobre alguno de ellos para poder ampliar la vinculación un año más, como es el caso de Róber Pier, el preparador madrileño pierde en principio ocho fichas respecto al pasado curso. Esas, más aquellas a las que habrá de renunciar por la economía de guerra a la que se enfrenta el Levante este verano.