VALÈNCIA. Una auténtica final se juega esta tarde en un Ciutat de València que se prevé más lleno que casi nunca. La iniciativa del Levante para reclutar a sus fieles en un encuentro clave en la carrera por el ascenso directo esta vez sí ha tenido exito y se esperan 24.500 aficionados que coloreen las butacas de un estadio de Orriols cuya entrada ha estado entre los 11 y los 13.000 asistentes durante el curso. La ocasión lo merece: el conjunto de Calleja se juega prácticamente la vida ante un Alavés de Luis García Plaza que hoy navega en posiciones de regreso a Primera y que es el último rival directo por el objetivo que se va a encontrar el cuadro granota en los últimos cinco choques del campeonato.
Ganar supondría, primero, un chute anímico crucial después de cuatro tropiezos de manera consecutiva con sensaciones agrias. El empate en Las Palmas, por muy directo que también fuera el oponente, dejó tramos muy borrosos como una efectividad que, de momento, brilla por su ausencia en la ofensiva levantinista. De sacar tres puntos, el Levante dormiría en la segunda plaza -Granada, Eibar (entre sí) y Las Palmas disputan sus citas mañana- y, además, ganaría el 'goalaverage' particular a otro oponente clave: tendría así controlados los cara a cara con casi todos sus contrincantes de la carrera final -de hecho, el empate a 65 puntos ya haría al Levante acomodarse segundo en la tabla por delante de los vitorianos-.
Empatar o perder, no obstante, sería un frenazo tan importante que podría suponer, a la postre, el saludo prematuro a la promoción de ascenso. Si sale triunfante, el Alavés se marcharía a seis puntos a falta de doce por disputar y el Eibar podría hacerlo a más si gana ante el Granada. Si bien una victoria granota esta tarde supondría un soplo fresco pero no un paso ni mucho menos definitivo, una caída sí podría serlo semanas más tarde. Sería un palo para una plantilla que ha notado esta semana el aliento cercano de su hinchada, que se acercó en un buen número a presenciar el entrenamiento a puerta abierta en el estadio.
Y es que, en el plano deportivo, la realidad es que pintan bastos. Javi Calleja cuenta hasta siete bajas en su vestuario y la mayoría de ellas son de suma importancia. De Frutos por acumulación de amonestaciones y Campaña tras ser el último en caer de gravedad al romperse el cruzado en Gran Canaria. Junto a ellos, imprescindibles como Vezo, Cárdenas y Pablo Martínez, así como Brugui o Saracchi, también verán el partido desde sus palcos. La nota positiva es que Wesley, quien también regresara tocado de las islas, ha podido entrar en la lista. El dibujo es duro y está cogido con pinzas, por lo que el once granota presenta pocas dudas más allá de lo que el técnico pueda inventar en la ofensiva.
