MURCIA. Triunfo con más apuros de los previstos pero triunfo al fin y al cabo. Carlos Alcaraz Garfia, de vuelta a España, arrancó el ATP 500 de Barcelona imponiéndose al estadounidense Ethan Quinn por 6-2 y 7-6 (6) en 1 hora y 47 minutos y jugará el jueves en los octavos de final ante el serbio Laslo Djere.

Se presentaba como un duelo desigual este partido entre dos jugadores de 21 años, aunque con Carlos siendo el número 2 del mundo y con 18 títulos ATP ya en sus vitrinas y con Ethan, 10 meses menor, como 126 de la clasificación y afrontando su noveno partido en el circuito profesional.

Sucedió lo esperado, aunque seguramente con más apuros de los que se aguardaban, y ya son 11 los partidos seguidos ganados por el de El Palmar sobre la tierra batida del Real Club de Tenis de Barcelona 1899, que es su club, y en el que busca un trofeo que ya conquistó en 2022 y en 2023. El pasado año no pudo participar por una lesión en su antebrazo derecho y en su debut en la edición número 72 del campeonato demostró que volvió a la Ciudad Condal con la firme intención de inscribir su nombre como el del campeón por tercera vez.

Alcaraz, reforzado tras el título obtenido el domingo en el Masters 1.000 de Montecarlo, tuvo sus opciones de rascar al resto desde el arranque. No en vano, el choque comenzó con Quinn llevándose su saque aunque con muchos apuros pues CA tuvo tres bolas de ruptura que finalmente levantó el jugador norteamericano. Tras la disputa de 20 puntos logró el 0-1.

Luego fue Quinn el que dispuso de tres opciones de ruptura que no hizo buenas y a partir del 1-1 la superioridad de Carlos fue manifiesta. De hecho, fue capaz de enlazar cinco juegos seguidos para colocarse 5-1 y, aunque el californiano todavía alargó algo el set, el mismo cayó del lado del primer cabeza de serie después de 45 minutos.

El 6-2, no obstante, no reflejó las complicaciones que tuvo que solventar el pupilo de Juan Carlos Ferrero y Samuel Lopez, que levantó hasta cinco bolas de quiebre y aprovechó dos de las nueve que se le presentaron.

En la segunda manga la decoración cambió y Quinn, con el habitual desparpajo del que se sabe con todo por ganar y nada que perder, dio varios pasos al frente. No en vano, el de Fresno dispuso de un 1-3 a pesar de que el español fue el primero en romperle el servicio a su oponente. A partir de ese momento llegó la reacción del yanqui, que fue capaz de anotarse tres juegos seguidos, dos de ellos al resto.

CA reaccionó bien con un contrabreak para evitar que el hueco en su contra fuera mayor y el 2-3, que remató con una sutil dejada tras subir a la red, le dio alas. Tanto que igualó haciendo bueno su saque en blanco.

Sacar fue sinónimo de salir airoso y así se volvió a repetir el empate con el 4-4 y el 5-5. Dando la sensación de estar administrando los esfuerzos el murciano dio el golpe que parecía casi definitivo con un break en blanco que le colocó 6-5 y así sirvió para sellar el pase a octavos de final. Sin embargo, le faltó consistencia y cedió su servicio ante un decidido oponente, que forzó el tie break.

En la muerte súbita el resto se impuso al saque y así se sumaron todos los puntos hasta el 3-2. Carlos rompió esa tónica para colocarse 4-2 y luego 5-3 pero le siguió faltando determinación y acierto. De ahí que Quinn dispusiera de una bola de set con el 5-6 pero Alcaraz volvió para, con tres puntos seguidos, el último una dejada desde el fondo de la pista, llevárselo por 8-6 después de 1 hora y 2 minutos en un encuentro con un 84-65 en el puntaje global.

En la siguiente ronda, ya con los cuartos de final en juego, se medirá a otro rival salido de la fase previa como Djere, de 29 años y que ocupa el puesto 80 del ranking internacional -el tope del balcánico es el 27 que tuvo en junio de 2019-. El de Senta, que se impuso en la primera ronda al francés Arthur Rinderknech por 6-7 (2), 6-1 y 6-2, y el de El Palmar afrontarán el segundo encuentro entre ambos en en el circuito y el único precedente dejó la victoria del español por 6-2, 4-6 y 6-2 en los octavos de final del ATP 250 de Buenos Aires en 2023, un torneo que Carlos acabó ganando.