VALÈNCIA. Muchas cosas necesita el Levante en Villarreal. La primera, a su gente. Es lo único que tiene asegurado el equipo, que verá cómo casi 3.000 levantinistas se ubican en el fondo sur del estadio de La Cerámica en el que será el mayor desplazamiento a domicilio de la temporada y uno de los más destacados de su historia. La cercanía lo permite, aunque la realidad es que el angustioso empate frente al Ibiza frenó el entusiasmo de la parroquia granota, que no ha llegado a completar las 6.000 entradas -con opción a más en caso de ser necesarias, así se lo comunicó el Submarino a la entidad de Orriols- en uno de las gradas del renovado coliseo amarillo. Es lo único asegurado, el resto depende del elenco de Javi Calleja... y sobre todo de lo que hagan los demás. 

Y es que será jornada de transistores. A las 18:30h de la tarde dará comienzo la cita en Villarreal, pero también otras cuatro donde el levantinismo tendrá puesta la oreja. Las Palmas y Granada visitan Cartagena y Miranda del Ebro respectivamente; Alavés y Eibar reciben a Málaga y Sporting. Será un sábado de vértigo: precisamente malagueños y asturianos se debaten en la última plaza que queda de invitación al descenso y, aunque a los rojiblancos solo les hace falta un punto, necesitan sumarlo por si las moscas. Al Cartagena, por su parte, solo le vale ganar para intentar algo tan inverosímil como arrebatarle la sexta plaza al Albacete y meterse en playoffs. Más sencillo lo tiene Paco López. El caso es que si el Levante pierde y dos de los cuatro citados ganan, se acabó lo que se daba. 

En el mejor de los casos, si logra sumar de tres en La Cerámica y absolutamente todos los aspirantes caen en sus respectivos encuentros, entonces el Levante volverá a plazas de ascenso directo y dependerá otra vez de sí mismo. Rocambolesco. Así que no hay otra: los de Calleja habrán de tirar de la ruleta, buscar el bote e intentar resolver panel en la última jornada ante el Oviedo. Parece bastar con tener media dosis de fortuna y lograr, al menos, ganar alguna posición para creer en milagros en el último suspiro de la campaña. La tarea es complicada, sobre todo si se tiene en cuenta la imagen del propio cuadro blaugrana en las últimas jornadas donde se ha visto en una final anticipada para poder dar un puñetazo sobre la mesa. 

La suerte, sin embargo, no está todavía echada. Esta Segunda División se ha vuelto esquizofrénica y es precisamente esa locura la que arma de confianza a la plantilla. "Y si no, hay que darle valor al playoff", según Calleja. Es la estrategia del entrenador para mantener a sus pupilos enchufados en el que parece el tablero más probable: que el equipo acabe preparando una promoción de ascenso donde, además, jugará un papel especialmente relevante la clasificación de la fase regular. El técnico lleva semanas tocando el asunto de pelear el ascenso en las eliminatorias porque la realidad ya ha hecho sombra en los vestuarios de Buñol. 

Lo primero, en cualquier caso, será cambiar de cara. Calleja ya lo hizo en su comparecencia pública. Después de otro puntapié a su frente de ataque, el entrenador del Levante pidió confiar en sus puntas para las dos últimas fechas -y las que queden si no hay suerte- porque ya ha probado mil y una combinaciones en la ofensiva. Esta vez le toca a Bouldini. Con él ha estado ensayando en varias evoluciones en entrenamientos de la semana y Wesley está tocado. El acompañante del marroquí saldrá entre Soldado y Cantero. El resto del equipo seguirá la misma línea, con De Frutos esta vez previsiblemente de inicio.