VALÈNCIA. De un Levante de pocos goles en contra o otro que, hoy, es uno de los que más balones ha recogido entre sus redes en Segunda (8), por detrás de Andorra, Cartagena y Eibar. El de Javi Calleja se ha descubierto endeble en su parte trasera en el inicio de curso y el técnico ha señalado en sus últimas comparecencias públicas directamente al aspecto defensivo. Del "margen de mejora en la contundencia defensiva" a la "fragilidad cada vez que nos atacan" ha pasado solo una semana y los ocho tantos encajados en cinco partidos parecen una cifra demasiado alta en la categoría de plata, sobre todo a juzgar por los datos que ofrecía el equipo de Mehdi Nafti en el inicio del pasado curso, cuando solo se encajaron dos en el mismo tramo. Entonces el problema residía en el gol... a favor, una cuestión que precisamente hoy Bouldini parece haber solucionado.
Sea como sea, más allá de la 22/23, el Levante ha acostumbrado a ser, en las últimas temporadas, un equipo que ha encajado. No hay que recorrer mucho en la línea temporal para dar con un Levante más goleado que el actual en una muestra de cinco primeros partidos de Liga. Con Paco López al mando, solo en dos temporadas se logró estar por debajo de esos ocho actuales. Los nueve y diez tantos en contra de las temporadas 20/21 y 18/19, respectivamente, empeoran los registros de hoy, aunque en Primera División. Y en la primera de esas campañas se logró la salvación con holgura al final del campeonato pese a que fue entonces cuando se inició una crisis que desembocó en el despido del técnico de Silla.