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El descenso del Valencia Femenino, crónica de una muerte anunciada

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VALÈNCIA (PAULA LERÍN, EFE). El Valencia Femenino descenderá por primera vez en su historia y la siguiente temporada será equipo de Primera Federación, una caída que se veía venir tras años de amagos, problemas económicos, un cúmulo de malas decisiones y un punto de mala suerte con las lesiones.

Desde la entidad quieren que este descenso sea una oportunidad para reconstruir el proyecto y formar una base de jugadoras nacionales y puede serlo, pero una entidad de la trayectoria del Valencia no debería necesitar un fracaso como este para poder hacerlo.

El aviso estaba dado y no se reaccionó. O se reaccionó tarde. El equipo había estado ya en dos ocasiones cerca de perder la categoría en los últimos años: en la temporada del covid (2019-2020), en la que la Liga fue suspendida y no hubo descensos, y en la temporada pasada (2023-24) en la que se salvó en las últimas jornadas.

Las causas son muchas. La mala situación económica del club, la marcha de jugadoras importantes, la falta de calidad en los refuerzos, las malas decisiones, la tardanza en la reacción, el mal rendimiento del equipo, la falta de identidad e incluso la mala suerte con las lesiones son algunas de ellas.

De José Luis Bravo a Cristian Toro

Ante la complicada situación económica del club y el poco margen de maniobra, el técnico de la academia valencianista José Luis Bravo fue el elegido para ser entrenador del primer equipo sin contar con experiencia en un equipo de élite ni femenino.

Con una plantilla plagada de nombres nuevos, desconocidos y sin experiencia en España, las valencianistas no lograron ganar ni un partido y quedaron eliminadas en tercera ronda de Copa de la Reina por el Cacereño de Segunda División.

Tras la eliminación en Copa de la Reina y la acumulación de malos resultados, pues el Valencia solo sumó dos empates, Bravo fue cesado tras la derrota contra el Betis (0-2) y para sustituirlo llegó el argentino Cristian Toro.

Toro, el mejor entrenador de la historia del equipo tras un tercer puesto y llegar a una final de Copa, fue fichado a finales de noviembre. Con él, el equipo mejoró rápido en sensaciones, pero no en resultados. La primera victoria llegó a principios de año y la sensación es, que, si hubiera estado desde el principio, el descenso tal vez podría haberse evitado.

Plantilla descompensada y mal rendimiento del equipo

El equipo ha funcionado en pocos tramos de la temporada y, cuando ha empezado a dar una mejor imagen, se ha quedado sin tiempo. Con una gran descompensación entre el once titular y el banquillo, al Valencia Femenino le ha faltado calidad y gol.

Muchos de los refuerzos de las valencianistas eran desconocidas en la Liga F. De los nueve fichajes, solo tres (Aida Esteve, Yasmin Mrabet y Malena Ortiz) habían jugado en España con anterioridad, a lo que se suma que, en invierno, el equipo prescindió por su carácter problemático de los servicios de la delantera brasileña Vitória Almeida, que comenzó siendo la titular y de la extremo polaca Alicja Materek, que solo disputó 18 minutos.

Los refuerzos en el mercado invernal como Sarah Hagg o Amirah Ali, a excepción de Emma Martín, que ha cumplido cuando se le ha dado la oportunidad, tampoco han servido para evitar el fatídico desenlace.

Mientras, el Valencia ha perdido a futbolistas como Fiamma Benítez (Atlético de Madrid), María Molina e Ivonne Chacón, ambas al Levante, Jimena López, que acabó su cesión del OL Reign estadounidense o Macarena Portales y la central Berta Pujadas, ambas al Levante Badalona. Todas eran titulares indiscutibles menos Pujadas que arrastraba problemas físicos.

A esto se han sumado las lesiones de dos jugadoras importantes para el equipo en el inicio liguero como la campeona del mundo Enith Salón, con una fractura en un dedo de la mano, y una posterior lesión que no le ha permitido acabar la temporada en el terreno de juego, y Asun Martínez, que ha encadenado dos edemas óseos en los pies.

Además, la referencia en ataque del equipo, Anita Marcos, ha estado la mayor parte de la temporada fuera por su lesión en el ligamento cruzado anterior, al igual que la lateral derecha Kerlly Real. También se lesionaron los fichajes Malena Ortiz y Sofía Silva.

El filial, también descendido

El segundo equipo del Valencia Femenino jugará en Tercera RFEF la siguiente temporada. A mediados de abril, el filial valencianista confirmó matemáticamente su descenso a dos jornadas del final de la temporada. El problema va más allá. 

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