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/ OPINIÓN

Poco, tarde y mal

29/03/2022 - 

VALÈNCIA. Poco, tarde y mal. Bajo este algoritmo de causalidades podríamos definir cómo funciona el modelo de gestión diseñado por Meriton, en lo deportivo al menos. Lo económico ni lo voy a contemplar ahora mismo, pero muy bien, lo que se dice muy bien, no va tampoco.

La cuestión es que no hay movimiento de mercado que se tercie que no reciba la aprobación o desaprobación de Lim, que está, en cambio, a sus otras cosas más importantes que el Valencia CF. Estas cosillas han quedado en manos de un gestor poco avezado en fútbol (y no sé si en otras labores relacionadas) y en manos de un director deportivo que carece de fuerza y, hasta incluso de cargo como tal. Así, toda gestión deportiva parece morosa en tiempos y en efectividad. No hay manera de adelantarse en el mercado, porque existen dos muros insalvables que hacen de este proceder un auténtico embudo lesivo: por un lado, ver si el Valencia CF juega o no en Europa el año que viene; por otro, ver si a Lim le encaja el futbolista que debe fichar. Absurdo se mire por donde se mire.

“Espérate, chaval, a ver si jugamos en Europa y entonces decidimos si te fichamos o no”. Así, como suena, negocia el Valencia CF con futbolistas que acaban contrato: por un lado, le estás diciendo que, si entras en la Europa League, no le vas a fichar porque consideras que puedes reforzarte con otros jugadores de mayor valía; por otro lado, le estás diciendo que si ficha y no se ha clasificado, es que lo consideras óptimo para un proyecto low cost. Es una estrategia alucinante, hecha por alguien que considera idiotas a la gente de fútbol.

Entiendo que para jugar en el Valencia CF no puede haber futbolistas de medio pelo: si el futbolista te encaja y es necesario, lo fichas, juegues o no juegues Europa, a no ser que sea el propio jugador el que tenga dudas sobre ello. Si no has entrado en competición internacional ese jugador al que pretendes te hará entrar; si has entrado, ese jugador debe estar al nivel exigido. Así de simple. No es una cuestión solo de presupuesto, porque si no entras ¿Qué vas a hacer: fichar jugadores de perfil medio bajo? ¿Para qué, para no volver a entrar en Europa al año siguiente?

Luego está lo de la bendición de Lim: ¿Pero qué sabe este hombre de fútbol? ¿Qué sabe lo que le hace falta al Valencia CF sobre el campo? ¿Qué sabe si un jugador, en un entorno apropiado y en un equipo bien armado, rinde de un modo o de otro? Es absurdo y mientras se lo va pensando, los jugadores con libertad para negociar van aceptando propuestas interesantes de equipos de media tabla, que es donde tú estás. Consecuencia: cada vez miras más hacia abajo que hacia arriba, y más aún cuando tu destino estriba en vender a tus mejores jugadores.

El disparate de funcionamiento es tal que los representantes y los jugadores con cierto nivel ya ven de reojo este proyecto y ni se lo creen: ejemplo claro es Joselu, que se trata de un jugador bueno, normal, de primera división, y se ha creído antes el proyecto del R.C.D. Espanyol que el de tu equipo. No es que llegaste tarde para negociar, no, llegaste mal y luego lo fuiste aletargando por ese maravilloso modelo de gestión y funcionamiento en el día a día.

Para más colmo, aún, a estas alturas, no tienen nada clara la continuidad de Hugo Duro y, por informaciones que salen de Getafe, tampoco parece que la compra del jugador tenga tanta luz verde como creíamos. A Lim, cuatro millones por este futbolista parece que le pesan y así lo ha expresado al club azulón. Al Valencia, que no es Lim, es posible que también, porque cuando hay mala gestión económica estas cosas pasan. Por Alderete se lanzará una ofensiva a la baja, renegociando una sustancial revisión de su precio en compensación por un mayor porcentaje de su venta. Y así, con todo.

Se trabaja muy poco en algunos despachos del Valencia CF. (a estas alturas no hay ni un solo futbolista libre que vaya a venir el próximo año y lo tenga cerrado); se actúa tarde, llegando a destiempo a todas las negociaciones de todo tipo; y se ejecuta mal, dejando cabos sueltos por todos los lados y yendo al mercado como un pollo sin cabeza, como ocurrió con el desastroso negocio (y muy revisado ahora porque los números son realmente extraños) de Marcos André. Pues eso: poco, tarde y mal, lo dicho.

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