opinión

Por detrás, todo comienza por detrás

4/10/2018 - 

VALÈNCIA. Al Valencia le ha pasado con la temporada como al Manchester el martes. Ha llegado unos cuantos minutos tarde. Hace pocas semanas creíamos que íbamos camino del crash y que ese retardo se debía a una dirección asistida equivocada y a unos neumáticos con poca presión. Ahora, tras sobrevivir (¡atención, ojo, voy a decirlo!) al Teatro de los Sueños, la hipótesis es que este equipo se está rehaciendo y todavía le queda tiempo para engancharse a la competición, a las competiciones, salvada la primera bola de partido en Champions y con la Liga abierta, como pocas veces, atisbando uno de esos de desórdenes cósmicos en el que cualquier cosa podría suceder (siempre que, diosnoloquiera, Lopetegui no se caiga del Madrid).

La mejor señal es el orden en el proceso de recuperación. Este grupo no ha recuperado alguna de sus constantes a partir de golear y de caerle los tantos a favor a borbotones. Eso hubiera sido cutre e impropio de una entidad que requiere otra armonía.

El Valencia ha comenzado su restitución, ha llegado de repente a la temporada, a partir de cerrarse. Ostentación del candado. Cerrados, Paulista es buen central. Abiertos, es una calamidad. Era por aquí por donde había que comenzar… y no al contrario. La fragilidad del sistema, sentirse vulnerables, es lo que descompone la competitividad colectiva. Siempre ha sufrido este equipo un acusada repulsión al campo abierto y al intercambio de golpes. Necesita, por su personalidad propia, tenerlo todo bajo control. 

Marcelino se parece demasiado a nosotros mismos, por eso las dudas puntuales sobre él deben reciclarse en sugerencias. A Marcelino le desconcierta lo imprevisto y los caracteres caóticos. Tal que a nosotros nos gusta el juego previsiblemente letal. No nos enfurruñamos por los partidos que salen sobrios, sino por los que disputamos inconsistentes. 

Hay clubes que se elevan a partir de disparar su vanguardia y generar tardes locas. No, nosotros no somos de esos. El Valencia es de emboscadas a partir de trincheras prietas. Una manera de estar que se ha transmitido tanto de generación en generación que ya es genético. En las tablas de la ley valencianista que debieran recibir todos los nuevos integrantes, tendría que quedar escrito a modo de recomendación. Por detrás, todo comienza por detrás.

Hay un sacrificio de la libertad creativa en pos de concentrar los esfuerzos defensivos. En esta hipótesis infinita que es hablar de fútbol, el siguiente pronóstico dibuja un escenario en el que un Valencia bien ordenado comenzará a ser más letal arriba y le bastará con un par de picotazos para sentenciar el grueso de los partidos.

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