VALÈNCIA. Aprovechando que se acaba este complicado año 2021 y que viene un 2022 lleno de muchas incertidumbres para todo el mundo, me he propuesto hacer una lista de pequeños deseos de cosas que me gustaría ver resueltas en el Valencia CF. Ya sé que no se van a cumplir casi ninguna de ellas, pero, por pedir, que no quede.
Pido, primero, que Anil Murthy deje de ser el máximo representante del Valencia CF por estas tierras, ya que no ejerce como tal en ningún caso: hace callar a quienes debería defender, oír, escuchar y cuidar; pasea sus debilidades por terrazas, fiestas y palcos; se viste de justiciero, en la sombra, cuando algo o alguien le dice lo que está haciendo mal; presume de su influencia sobre Lim; actúa con poca transparencia en las acciones que lleva a cabo y se olvida, constantemente, de llevar a efecto una cosa: no generar más pérdidas económicas al club.
Entiendo que, además, intenta ejercer de director deportivo y visto que su propuesta ha quedado siempre por debajo del décimo puesto (a pesar de su presupuesto) y de que sus fichajes y sus ventas han sido calamitosas para el club, debería presentar su dimisión o ser cesado de inmediato acorde a una lógica empresarial. Sé que no va a ocurrir, porque las bondades de su capacidad pelotesca superan a los desvaríos como director de lo que sea.
Pido, también, que Miguel Ángel Corona se defina: ya no digo que se vaya o que dé explicaciones o lo que sea. Es una cuestión de aclaración profesional: me gustaría que dijese qué hace realmente y en qué ha consistido su trabajo, ya que pasamos sus dos primeras temporadas sin fichar y en esta él no ha tenido nada que ver. Como su salario y su trabajo me resultan un misterio sin resolver, entonces solo pido eso, que me aclare en qué consiste su cometido y cómo se puede justificar su nómina, pensando también en la productividad que ese trabajo ha dado en la mejora del Valencia CF, aunque yo, mejoras, veo bien pocas.
Pido, en tercer lugar, que, al hilo de lo anterior, los desgobernantes que van viniendo a este club se bajen el salario, acorde a su trabajo aquí y su rendimiento, o al menos que no se duerman en las Juntas de Accionistas, que no es mucho pedir. Lo digo porque se han ido ventilando a trabajadores y trabajadoras altamente cualificados, poniendo, entre otras cosas, el argumento del ajuste presupuestario sobre la mesa. La verdad es que queda feo tirar a gente preparada a la calle mientras luego, por otro lado, te sigues subiendo el salario por hacer poco, tarde y mal.
Pido, también, que Lim se marche de una vez de aquí. Es el peor cáncer que ha podido tocarnos en este club y lo seguirá siendo hasta que la historia lo quite de en medio. No podré decir que el olvido hará de él lo que es: nada. Y no podré decirlo porque es tan nefasta su presencia aquí, su acción y sus ejecuciones empresariales, que será difícil olvidarle, ya que se pondrá siempre su nombre como referente cada vez que hablemos de gestiones negligentes, deficientes, despóticas y opacas. Ojalá (y esto es un deseo, no una realidad, que yo sepa) la FIFA encuentre algo que lo arrincone, no sé, en cuestión de comisiones o cosillas de esas que se suele llevar entre manos con Gestifute.
Lo veo difícil, porque si tuviera algo importante ya habría salido a la luz, pero ¿y si lo tiene y no lo sabemos? Pues que salga a relucir, no por querer su mal (que no lo quiero), sino por querer el bien del Valencia CF. Porque esto solo lo pido si la situación le obligase a vender y a devolver aquello que, de manera muy picaresca, compró. Si su desgracia no implica la venta del Valencia, entonces retiro el deseo, pues no quiero mal para nadie ni malas vibraciones. Bueno, quizá que la vida le pague, con justicia, lo bueno y lo malo que ha realizado.
Pido que el equipo no se debilite en exceso, y sé muy bien que debe vender, pero que esas ventas sean ventajosas realmente y no como las calamitosas ventas de estos últimos tres años. Y ya no solo que no se debilite: es necesario que exista una magnífica política deportiva que te permita mantenerte competitivo, a pesar de todo. Así, solo pido que Bordalás encuentre la tecla siempre para no desesperarse y seguir sacando petróleo de algunos jugadores.
Como es lógico, pido también para que haya una limpieza de jugadores cuyo rendimiento aquí ha sido muy negativo: no digo que no sean buenos futbolistas, sino que no han estado a la altura de lo esperado. Creo que tenerles en plantilla solo produce coste y su suma sobre el campo no se traduce en nada, ya que su producción se reduce a lo mínimo. No voy a poner nombres, porque son por todos y todas conocidos, pero hay mucha gente que, por lo que sea, no llega al nivel.
Y, claro, por último pido, con todas mis fuerzas, que la pesadilla Meriton acabe de una vez, sea a través de los juzgados (¡Gracias Libertad VCF por intentarlo!) o por aburrimiento del máximo accionista, pero esta situación y ver a mucha de esta gente representando al club de mi vida, me provoca tristeza e impotencia. No sé en qué momento alguien deseó que gente como Lim y sus secuaces, llegaran hasta aquí y se adueñaran del Valencia CF con más artimañas que otra cosa.
Para esos pido el infierno más oscuro y soportar su mal de conciencia toda la vida. No sé cómo, pero parece que sus deseos sí fueron escuchados: con esa misma esperanza lanzo los míos, con mi escudo de toda la vida en el pecho, aunque haya camisetas que ahora mismo ya hasta lo quiten. Pido todo esto y alguna cosa más, tales como salud para todos y todas, incluidos a los apelados para marcharse de aquí, porque se trata más de desear lo bueno para el Valencia CF y no lo malo para nadie. No sé si ese concepto lo entenderán aquellos que, sin embargo, plantean lo mismo, pero al revés.