OPINIÓN

Por qué para los demás Mestalla sí es uno de los estadios más intimidantes del mundo

21/11/2018 - 

VALÈNCIA. Si el estado anímico del valencianismo fuera una prima de riesgo, seríamos justo ahora un activo tóxico. Estado general de amargura. Se juntan unas altas expectativas incumplidas (la curva de satisfacción, siempre correlacionada al listón del verano), una escandalosa falta de altura de miras para con el Centenario (el interés se fomenta, se ensancha, no simplemente se administra) y una falta de autoestima vinculada con la apropiación autocomplida de los tópicos from Madrid. 

La defecación de rinoceronte promocionada por la cuenta oficial de Twitter del club como imagen simbólica de todas las cosas. No deja de superar la categoría de anécdota (la importancia justa, tan solo una cagada comunicativa), pero desde que Víctor Vicente Bravo pilló como logo de Dalport el águila de un cuaderno infantil para rotular, no veía un uso tan animal de las artes comunicativas.

Y en esas, la BBC, por medio de su periodista Ciaran Valey, compila una lista con los estadios de fútbol más intimidantes del planeta. “Aquellos campos en los que da miedo de jugar o simplemente estar en una grada siendo del equipo visitante”. 

Destaca Valey el sentido empinado de las gradas de Mestalla, una personalidad de estadio mítico, repleto de cicatrices, tan vertical: “Es posible que no tenga un número de trofeos en sus vitrinas al nivel del Barcelona o el Real Madrid, pero sus aficionados hacen sentir su presencia en el campo como pocos en la Liga. El estadio en sí, con una tribuna norte bastante pronunciada, crea la sensación de estar continuamente juzgando a los jugadores en la cancha, además de vértigo para los hinchas”. 

“¿Uno de los estadios más intimidantes... con su propio equipo?”, bromearon ocurrentes algunos aficionados rivales al ver una lista en la que solo, en España, aparece Mestalla. Igualmente recuerdo menciones continuadas del periodista inglés Sid Lowe a propósito del ambiente único en los grandes partidos de Mestalla: “Atmósfera de final de la FA Cup", escribía un sábado al comenzar la tarde desde la terraza del estadio. 

Huyamos, excluyamos los tópicos con los que nos relacionan, dejemos de perder el tiempo con ello. Tomemos en cambio ésta otra versión, la de una prensa extranjera que señala con el dedo la autenticidad de Mestalla.

No estamos tan tarumbas, sólo un poco, quienes vemos en Mestalla una potencia estratégica de primer orden (y como todos nuestros mejores valores, en venta). 

Por eso provoca todavía mayor desazón ver el escaso tratamiento de Mestalla como lugar capital para explicar todo el valencianismo. Hay casos contados donde una historia bien amplia se concentre casi al completo en un mismo estadio. Por eso es frustrante que todo el debate en torno a Mestalla pase por la reivindicación tan solo de una curva. La única muestra real de reivindicación del Camp en los últimos años tuvo como artífice a Amadeo Salvo. Y ya han pasado algunos años. 

Mestalla explica tantas cosas que su ausencia en el discurso troncal del club sitúa a cada cual en su lugar. Tuvieron que venir de la BBC… 

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