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Protagonismo negativo

12/04/2020 - 

VALÈNCIA. Los tiempos en el fútbol los marca el coronavirus. En la vida, también. No hay certezas de futuro para el denominado deporte rey. Tampoco para nadie. Nuestra única evidencia es el hoy. La pandemia es incertidumbre. La magnitud de la tragedia es tal, que incluso el más purista de los aficionados tuerce el gesto ante la recurrente frase de Bill Shankly: “Algunos creen que el fútbol es una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante que eso”. El mítico entrenador del Liverpool dejó muy claro lo que sentía por el fútbol. Pero, pese a la pasión que siento por este deporte y mi simpatía por los Reds, me quedo con reflexiones tan contundentes como las del presidente de la FIFA, Gianni Infantino: “Ningún partido vale más que una vida”. 

La salud es lo primero. Sin duda que ese es el punto de partida. No reanudar el fútbol hasta que no haya seguridad total para los futbolistas y sus familias. No volver a vestirse de corto hasta que la epidemia esté controlada. Hay mucho en juego. En este partido hay algo más que tres puntos en disputa. Hablamos de vidas humanas. Y por este motivo, los tiempos no importan. El cuándo pasa a ser secundario. En Italia, incluso van más allá del adverbio interrogativo. En el país más sacudido por el COVID-19 no han dudado en poner punto final a sus competiciones de baloncesto, rugby y voleibol. Se ha acabado la temporada sin campeón ni descensos. Así de contundente ha sido la medida.Tiene pinta que el Calcio irá por el mismo camino. 

En España, LFP, RFEF y AFE, enfrentadas desde hace tiempo, andan a la greña tratando de resolver un puzzle que parece irresoluble. Tebas sigue empeñado en buscar fechas para acabar la competición. Aunque a más de uno le pueda parecer plato de mal gusto, lo cierto es que el presidente de la Liga sigue haciendo su trabajo. Tebas contempla escenarios para que cuando Sanidad permita volver a encender la luz de los estadios, el impacto negativo en la economía de esta poderosa industria sea el menor posible. El presidente de LaLiga no quiere decidir cuándo volverá el fútbol, obvio, sino que actúa con previsión. Tener hechos los deberes para que cuando llegue el momento, nadie le pille con el paso cambiado. Porque, en lo que los tres agentes que manejan el fútbol coinciden, es que hay que acabar en el campo lo que se empezó en el campo. Está ocurriendo algo muy grave y el fútbol no debe ser el protagonista negativo de esta historia. 

Las semanas están siendo intensas para Liga, Federación y Sindicato. Del cruce de declaraciones se ha pasado a la filtración con nocturnidad y alevosía de reuniones entre las partes. No hay reglas en este negocio. Ni decoro. Ya hay denuncias en marcha, como la que tiene prevista presentar la AFE contra la RFEF por, supuestamente, haber revelado los audios de una conversación privada entre Luis Rubiales, Carlos del Campo y David Aganzo. La AFE asegura que no dio el consentimiento a mandar los audios a la prensa y quiere saber quién los ha revelado. LaLiga también tiene previsto denunciar. Tiene pinta que no habrá más reuniones por pura desconfianza. 

LA RAMA VALENCIANA.-  Lo que aquí se evidencia es que Rubiales está desatado. Nervioso con la presencia de Iker Casillas en su lucha por la futura presidencia de la RFEF. El exfutbolista del Levante UD está desatado. No le ha venido bien que se aplacen las elecciones. Rubiales mantiene una guerra abierta contra Tebas, pero también contra el sindicato que él presidió. Me cuentan que en esta sórdida estrategia de comunicación diseñada en la sombra desde Las Rozas hay una rama valenciana.  ¿Es cierto que cuenta con un periodista externo que opera desde València para torpedear a la LFP y a la AFE?. No me extrañaría. Rubiales dejó huella a su paso por la ciudad. Y sus compañeros de viaje en asuntos de comunicación hicieron muchos amigos. Seguro que el misterioso personaje, un DirCom, y esos viejos conocidos darán para más capítulos….

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