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opinión / Peleando a la contra

Pudo ser muy distinto

17/12/2018 - 

VALÈNCIA. Podríamos pedirle al Llevant que le remontara un 0-3 al Barça pero tal vez sería excesivo. ¿Cuántos le han hecho algo así a este equipo? Sin embargo, hasta el 0-3 la escuadra valenciana lo hizo casi todo bien. Tanto es así que la efectividad culé fue del 100%: tres ocasiones, tres goles. Si insólito es que los barcelonistas apenas lleguen al área rival, casi lo es más que el Llevant conceda tan poco en defensa.

Desde el 47', con el 0-3, y más aún desde el 75', con la expulsión de Cabaco, no hubo partido. Y aún así, las estadísticas de los 90 minutos definen con bastante certeza qué sucedió, más allá del resultado final: 20 remates del Llevant por 16 del Barça; 15 córners por 3; 4 paradas por 6; 1 poste por ninguno; y 43-57 de posesión. Y sólo son cifras. Si hablamos de sensaciones, con el 0-0, e incluso con el 0-1, en la grada visitante no lo veían nada claro.

Sin fortuna.

Para ganarle al Barça se requiere, aún haciéndolo todo bien, un punto de fortuna que ayer le faltó el Llevant. Los de Messi crearon dos ocasiones de gol en toda la primera parte y ambas acabaron en gol; en el mismo periodo el Llevant lo bordó y pudo irse al descanso por delante, holgadamente incluso. Sin embargo se marchó con una losa imposible de levantar.

Los de Valverde estuvieron muy incómodos en un encuentro que recordó al del curso pasado desde el principio: el Llevant se mostró sobrio en defensa, y llegó al área de Ter Stegen una y otra vez, por bandas y por el centro. Boateng tuvo uno de esos largueros que botan fuera como podrían botar dentro (el del año pasado fue gol) y alguna otra ocasión. Morales creó una de sus filigranas de Oliver y Benji, haciendo un nudo en la cintura de Piqué; hubiese dado la vuelta al mundo si el tiro final llega a ir dentro, pero fue un fogonazo aislado. Toño y Jason, escoltados por Rochina y Bardhi, llegaron una y otra vez por bandas y los levantinos dispusieron además de mucho balón parado.Campaña hizo bailar al equipo, como en las mejores tardes: tiros, ocasiones, juego, presencia en el área y hasta una insólita solidez en zaga… Nadie hubiese apostado antes del gol de Suárez por el 0-5 final.

Ya saben cómo va esto: las cosas cambian en un suspiro. López decidió apostar por el riesgo ante el rival más peligroso. Así, el Llevant intentó salir siempre desde atrás con el balón en los pies, sin rifarlo jamás, buscando la combinación que permitiese iniciar un ataque. Salió bien muchas veces pero Bardhi falló en el 0-1, Rochina en el 0-2 y Pier en el 0-3, metiéndose en un jardín que no era el suyo. Así es el fútbol: lo que tuvo al Barça contra las cuerdas fue lo mismo que le permitió salir del brete y frustrar la superioridad del Llevant. De una manera, además, sangrante: y es que, con el partido aún muy abierto, llegó el 0-2 justo antes del descanso, y el 0-3 en la primera jugada de la segunda parte.

Otro encuentro, desde el 47'.

A partir de aquí el partido ya fue completamente otro. El Llevant quiso seguir haciendo lo mismo pero el resultado y la entidad del rival pesaron demasiado. Entonces, y sólo entonces, el Barça se dedicó a gustarse, a practicar el balompié de salón y a reivindicar una vez más el guardiolismo. Que lo hiciera con el marcador tan franco delata que el toquecito y los rondos no son un recurso, sino tal vez un homenaje a Pep y en todo caso una inelegante forma de mostrar una superioridad que sólo llegó tras el 0-3.

En la primera mitad el árbitro se ganó broncas y pitadas por beneficiar al Barça en faltas (sobre todo una reiterada y flagrante a Bardhi) y por consentir a Piqué toda clase de airadas protestas y se le reclamaron un par de manos en el área catalana. En la segunda parte siguió con la misma dinámica, incluso con el resultado ya decidido.

Aunque no sepan hacer uso del VAR, los mediocres como González González quedan ahora más retratados que nunca. Es cierto que la tarjeta a Cabaco es, si no roja, naranja: el uruguayo llega tarde y la entrada es fea, aunque sin mala intención ni suela por delante. El trencilla, sin embargo, no quiso ver con anterioridad la agresión de Suárez a Postigo que propició una ocasión manifiesta del Barça, con el central hecho un ovillo en la medular. Ni falta, ni tarjeta, ni parar el juego, ni consultar el VAR. Lamentable Suárez(una vez más) y lamentable el juez.

Pese al marcador y a jugar con diez Ter Stegen tuvo tiempo de hurtar a los granotes el gol con algunas intervenciones prodigiosas y una seguridad implacable bajo palos. Los porteros a veces salvan puntos con paradones. No fue el caso de Oier, que no paró casi nada y que, al menos en el 0-2 y el 0-5, pudo hacer algo más.

Pese al 0-5 los levantinos merecieron una cerrada ovación de su hinchada, pero no la supieron devolver: sólo Morales y Campaña se molestaron en aplaudir a la grada desde el círculo central, aunque tarde. El resto, mientras, departía con los culés y negociaba camisetas de camino al túnel. Fue el detalle feo de la noche. Alguien debería tomar nota.

Uno a uno

Oier (4); Cabaco (7), Postigo (8) (Prcic (7) 69'), Pier (6); Jason (7), Campaña (8), Rochina (7) (Coke (5) 69'), Bardhi (8), Toño (7); Morales (5), Boateng (7) (Mayoral (5) 61').

—Paco López (8)

Goles: 0-1 Suárez 34'; 0-2 Messi 43'; 0-3 Messi 47';0-4 Messi 59'; 0-5 Piqué 91'.

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