OPINIÓN

Que ladren, que ladren

16/04/2019 - 

VALÈNCIA. Están que trinan. Lo sé. Decidme: ¿no se cambiarían el Sevilla, el Getafe, el Athletic y hasta el Atlético y el Madrid por el Valencia CF a estas alturas? Me juego lo que sea que así es. Y el motivo está muy claro, pues nuestro equipo está en disposición de luchar por el título de la Copa del rey, está a un paso de semifinales de la Europa League (y quién sabe…) y todavía tiene a menos de un partido la posición Champions a falta de seis partidos por disputar. Por tanto, de todos los que están arriba, a excepción del todopoderoso Barça, estarían encantados de estar en el lugar del Valencia CF, aunque esté sexto y a dos puntos del cuarto puesto.

Los jugadores del Getafe no dejan de lanzar pullitas contra los blanquinegros, pero lo cierto es que se están desinflando partido a partido ellos solos ¿por cierto, qué dirá Antunes ahora del VAR y de los penalties pitados? Ves cómo les puede el nerviosismo de saberse inferiores por historia y por ritmo de competición a estas alturas. Y seguirán cayendo, poco a poco, incluso para que el bueno de Alfredo Duro (buen tipo a pesar de todo) haga el paripé en el tabernáculo nocturno que se han montado entre gritos y algarabía descentrada, sobreactuada y forzada en muchos casos. Lo mismo le ocurre al Sevilla, que es mucho más equipo que el Getafe, sin duda, pero que ha tenido de todo este año. Por supuesto que se cambiaría por los “ché” y fútbol tienen de sobra: lo malo es saber si las piernas les aguantarán más tiempo, pues llevan compitiendo desde hace un siglo esta temporada. Son peleones, pero con solo eso no basta, bien lo sabemos. Es, sin duda, el rival fuerte, pero, como dije, les encantaría cambiarnos ahora el sitio, porque la dinámica del Sevilla, a pesar de la evidente mejora de los últimos cinco partidos, es decreciente, mientras que el Valencia siempre ha ido ascendiendo jornada a jornada.

El Athletic de Bilbao viene fuerte, pero más por convicción que por juego: hasta hace poco estaban aún mirando hacia abajo pero se han dado cuenta de que estaban tocando con sus yemas el cuarto puesto. Y esa sorpresa les puede dar alas, pero dependerá de su calendario, que no es nada fácil. Tienen espíritu y entrega y eso les hace poderosos. Hay que vigilarles.

El Atlético de Madrid se ha llevado este año un golpe duro con “su” Champions y estoy seguro que ahora mismo cambiarían ser el Valencia CF porque estarían luchando por cosas. No obstante, es nuestro referente, nuestro espejo y debemos seguir la estela de su crecimiento como club porque constituye el mejor y mayor ejemplo de cómo se hacen las cosas y cómo hay que desarrollarlas.

Y el Madrizzzz… ¡Ay qué decir del Real Madrid! Estos son esos años en los que uno disfruta por partida doble, ya que ve cómo los egos desperdigados del equipo de la capi se van evaporando detrás de fichajes astronómicos que ni se están haciendo ni se harán. No quieren decir la verdad, pero es así. Es curioso que el primer año de implantación del VAR en las diferentes competiciones en las que juega el equipo merengón esté eliminado de todo en la primera semana de marzo. Casualidades de la vida que diría aquel. Y ahora que salga otra vez Alfredo Duro con sus naranjas o Eduardo Aguirre con sus pañuelos para los mocos o José Luis Sánchez con su rictus de señorito de la Castellana: creo que lo del antimadridismo no es algo del club sino de la actitud soberbia de los apologetas que quieren vivir de su sombra a costa de un fanatismo bochonorso a estas alturas del siglo XXI. Cada palabra de desprecio y minusvaloración que han dicho ellos (y tantos como ellos), tanta defensa de lo indefendible, tanta promesa de lo incumplible, tanta parafernalia de la emoción y del sentimiento, lanzadas a un retrete de resultados. No puedo disfrutar más, señores y señoras, de esta celebración constante de la frustración que está viviendo el Madrid y su séquito. Dejemos en esto a su afición en paz, que nada de culpa tienen.

En fin, lo que quería decir es que todos, de un modo o de otro, se cambiarían por el Valencia CF a estas alturas, aunque no acabemos bien el año, aunque no nos comamos nada cuando acabe mayo y todo se haya quedado en una desesperanzada ocasión perdida. Aunque todo eso ocurra: les gustaría estar donde estamos a fecha de hoy. Pues que sufran, que sigan sufriendo como diría Maradona con otros términos, porque este es nuestro año y si tenemos que hacer morder a todos el polvo, que lo muerdan, que se les llene la boca de envidia, al menos este año. El que viene ya veremos a quién le toca callar, porque esto es fútbol, señoras y señores, y aquí siempre unos ganan y otros pierden, unos luchan por algo y otros por nada a final de cada temporada. Disfrutamos de sus nervios y de sus ansias porque esto también es la belleza de este deporte si ese disfrute se hace desde el respeto a tus rivales y sus aficiones. Sí, ese mismo respeto que algunos son incapaces de tener cuando ganan y cuando pierden. Que sigan sufriendo, entonces, viendo cómo va el equipo este año y vendamos bien cara nuestra derrota: recordad, jugadores, casi todos de arriba os cambiarían el sitio. Ladran pues caminamos Sancho, que diría Quijote.

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