Hoy es 4 de octubre
VALÈNCIA. “Si el año se nos ha hecho eterno… espérate… ¡Qué largo va a ser este verano!”.
Esta reflexión me hizo un amigo exjugador del Valencia CF el otro día y no le faltaba razón, aunque la comparto a medias. Este verano va a ser muy intenso en cuanto a negociaciones, nombres y situaciones: Primero porque hay que rehacer el equipo; segundo porque no hay un duro; y tercero porque la situación social es la que es. Aun así, hay entender y respetar todos los puntos de vista, porque no todos partimos desde la misma casilla.
¡Qué largo va a ser este verano!
Aunque para nosotros haya empezado el verano igual de lo que acabó la temporada -con incertidumbre, miedo a incomprensibles cambios e incógnita en cuanto a proyecto- lo cierto es que para Bordalás o cualquier persona que aterriza en el ámbito valencianista es todo lo contrario.
En el club, Bordalás se está poniendo manos a la obra con su equipo de trabajo –presente en Paterna desde la semana pasada- para intentar adaptar ya metodologías de trabajo y sinergias a la hora de empezar a funcionar. El propio entrenador le ha manifestado al club que acortará su tiempo de vacaciones para poder coger antes las riendas. Eso es ponerse a estudiar con tiempo, con ganas y con ilusión. Una ilusión que no está reñida con la necesidad de poder exponer una crítica ferviente sobre la dirección o las acciones que ellas ejecutan.
Pero me duele también tumbar las esperanzas de mucha gente, ya que también hay que ir con calma, cautela y paso firme. Si bien es cierto que la motivación no está reñida con los nuevos comienzos, también hay que dotarla de una dosis de realismo. Sabemos que el club es un gigante –no sé si dormido- pero al que debemos controlar de cerca para que no titubee
¡Qué largo va a ser este verano!
Aun así entiendo todas las posturas. Tanto la más pesimista y negativa, pasando por la más vitalista y esperanzadora. Es como si comparas a un periodista que lleva 20 años haciendo el Valencia CF con otro que acaba de aterrizar en la profesión. Probablemente el primero esté más quemado que el segundo, que seguramente lo vivirá con más ilusión por las ganas de crecer y agradar.
Aunque a los periodistas se nos va a hacer largo también como sigamos así. En eso tenemos gran parte de culpa al sacar mil nombres –porque nos queman entre las manos ante el riesgo de que lo cuente otro- y no explicar bien a la audiencia de que se trata cada cosa. A veces, vestimos cosas como cercanas a hacerse entre las que ni siquiera se han producido un contacto; y descartamos nombres que están ya en la lista desde hace tiempo. Pensamiento, interés, negociación, firmado, cerrado…. Parece un proceso de vida natural, pero en esta carrera veraniega por avanzar la información, los medios confundimos al público –que solo quiere saber los que fichamos-. Eso sin contar guerras personales, clickbaits absurdos o poca empatía con la gente.
¡Qué largo va a ser este verano!
Mismo ejemplo podría poner con las situaciones sociales del club a un año vista. Pero a veces –solo unas pocas-, también tenemos la premura de nuestros jefes y medios que aprietan para intentar ganar esta carrera absurda de la información a cuentagotas y apenas sin recursos.
Sea como fuere, va a ser un verano extenso con Eurocopa y Juegos Olímpicos de por medio, con todo lo que ello conlleva en lo positivo y negativo. Aprovechad para recuperad fuerzas, para recuperar tiempo perdido y desconectar. Ya habrá tiempo para el resto.
Y para los que no hayan tenido una buena selectividad y tengan que dedicar el verano a estudiar, que no se preocupen. Pensad que Meriton lleva siete años seguidos y siguen suspendiendo en las mismas cosas. Peor imposible.
¡Qué largo va a ser este verano!