Hoy es 14 de octubre
VALÈNCIA. El Valencia CF atraviesa una situación muy delicada en la clasificación y el mal arranque liguero han encendido las alarmas. Con solo un punto de quince posibles y sin ganar desde el pasado 15 de abril, Rubén Baraja tiene que encontrar el camino para recuperar la senda del triunfo.
Otra alternativa que siempre está encima de la mesa es cambiar el dibujo. Rubén Baraja se ha mostrado inflexible desde su llegada con el 1-4-2-3-1 o el 1-4-4-2. Sin embargo, los problemas para cerrar la portería o en la construcción del juego abren el debate de modificar la formación para encontrar soluciones. Por ejemplo, colocar cinco defensas o reforzar el centro del campo con la presencia de un pivote y dos interiores.
Sin duda, otra de las alternativas es dar entrada a las caras nuevas para aportar aire fresco. Dani Gómez disfrutó de su primera titularidad, pero no la aprovechó. Baraja brindó 45 minutos a Enzo Barrenecha y el tramo final a Germán Valera. Luis Rioja está contando con protagonismo mientras que Caufriez y Dimitrievski permanecen inéditos. Rafa Mir por su parte, no está disponible para el duelo ante el Girona.
En tercer lugar, una de las opciones pasa por dar un revolcón al once y apostar por jugadores que están teniendo un papel secundario en este inicio liguero. Jugadores como Yarek, Sergi Canós, Foulquier o Javi Guerra han tenido menos protagonismo que otros futbolistas y ya conocen el estilo de juego del equipo desde la temporada pasada.
Es otra vía que Baraja ya empleó en el tramo final de la temporada 2022-2023. Con un Valencia hundido en la tabla y en una espiral de resultados negativa, el entrenador se refugió en Diego López, Javi Guerra y Alberto Marí para encontrar la salida. Ahora, otros futbolistas como Martín Tejón o Warren Madrigal esperan su oportunidad.
Por último, la necesidad de ganar para despejar los fantasmas de la clasificación genera otro inconveniente para Baraja. La presión alta en Mestalla ha sido la mejor herramienta para del Valencia CF para sacar resultados. No obstante, lanzarse con agresividad y una presión adelantada conlleva más riesgos para un equipo que aún no ha dejado la portería a cero esta temporada.