opinión

¿Qué puede salir mal?

3/11/2019 - 

VALÈNCIA. Anil Murthy dijo que la Academia del Valencia CF iba a ser la base sobre la que construir el Valencia CF del futuro, y por eso ha decidido arremangarse para supervisar personalmente todo lo que suceda en una todavía huérfana dirección deportiva del club. Para esta labor, el presidente circunstancial del club se ha rodeado de un numeroso equipo de colaboradores compuesto por tres personas: Sean Bai, Keishi Matsuyama y Jorge López, éste último imputado por un presunto amaño de partidos de Liga. La intención de Murthy es poner orden en la Academia para que florezcan jóvenes valores (como Kang In Lee o Ferran Torres), con los que mercadear en un futuro y hacer negocio. Excepto que digan lo contrario, que expliquen públicamente cuál es el verdadero objetivo que Meriton le ha fijado a Albert Celades esta temporada, para mi Peter Lim seguirá siendo un marchante cuya única intención en el Valencia CF será ganar dinero. 

Para elevar al Valencia CF a lo más alto en materia deportiva, Murthy cuenta con dos profesionales de dilatada experiencia futbolística como Bai y Matsuyama. A ambos, de bien pequeños, ya se les vio acudir a Mestalla acompañados de sus padres para ver jugar a Puchades, Claramunt o Mario Kempes. Estos fieles y serviles empleados de Meriton se encargarán de prestigiar la reputación de la Ciudad Deportiva de Paterna hasta que Melwood o La Masía queden a la altura del betún. A mi los nombres de Sean Bai y Keishi Matsuyama “me suenan a camelo”, como decía Robert Duvall en Apocalypse Now. El grupo de intocables de Meriton contará con la inestimable ayuda de Kim Koh, quien completa el estrecho círculo de confianza de Peter Lim en el Valencia CF. ¿Qué puede salir mal?, se preguntaba irónicamente un reputado valencianista en redes sociales. Tranquilo, nada malo va a pasar. Seguro que todo saldrá bien. 

Con Anil Murthy merodeando a diario por Paterna, prepárense para emociones fuertes. Esto va a ser un circo de tres pistas. Como años ha era el Ringlin Bros. Trapecistas, acróbatas, perros futbolistas….. Pura diversión. Estoy seguro que la Academia del Valencia CF va a dar mucho de que hablar. Porque a ese Don Nadie que era Murthy, un desconocido pegasellos de embajada carente de notoriedad, esto de la fama le ha cautivado. A Murthy le gusta robarle el protagonismo a los futbolistas. Le hubiera encantado ser el dandy de Parejo, muy a lo Gatsby Welles de la última película de Woody Allen, dentro de un terreno de juego. Pero Murthy empieza a ser conocido a nivel internacional por la innumerable lista de decisiones calamitosas y despropósitos que acumula en el menor tiempo posible. Cada cual supera la ridiculez de la anterior. Su fama pasa por esa máxima byroniana de que hablen de ti aunque sea mal. Y a fe que lo consigue. 

La penúltima gran decisión de Anil Murthy ha sido bunkerizar Paterna para aislarla de injerencias externas. Albert Celades se apresuró a desmarcarse de la decisión del diplomático.“No tengo nada que ver, es una decisión del club como ha habido otras. Estoy completamente al margen. No tengo nada que ver”, espetó el entrenador en la rueda de prensa previa al partido ante el Espanyol. Celades, que ha sido cocinero antes que fraile, sabe que la prensa es un mal necesario. Y no tenía ningún problema en ejercer su trabajo de la forma más profesional. Aunque fuera a golpe de tópicos y obviedades. 

Anil Murthy insiste en su idea de coartar el derecho a la libertad de expresión que ejercen los medios de comunicación. ¡Incluso han creado su propio periódico en inglés!. No me sorprende. El personaje trata de tapar una basura que huele demasiado. Y no quiere moscas cojoneras como los periodistas merodeando a su alrededor. A día de hoy, la Ciudad Deportiva de Paterna es una gran lona propagandística. Sin chavales pudiendo pedir autógrafos a sus verdaderos ídolos, los futbolistas, Meriton está alejando cada vez más al Valencia CF de su afición. 

Peter Lim se está ciscando en ese sentido de pertenencia del hincha valencianista para con su equipo. Después de un lustro de dictadura singapuresa no queda un último refugio en el que resguardarse. Es imposible identificarse con este club Centenario que es el Valencia CF. Pero para quien considera que un asiento en el viejo Mestalla es un cliente, da igual que sea de L’Alcúdia, Carlet o Benimodo que de Bristol, eso no supone mayor problema. Lo de “la herencia de nuestros padres” a Meriton se la sopla. Se la pasan por el forro de la entrepierna. Murthy prefiere que las gradas de Mestalla estén llenas cada domingo de cruceristas ocasionales que acuden a presenciar un partido de fútbol, como pueden ir al Oceanográfic o la Ciudad de las Ciencias, en lugar de una afición que pueda ser soberana. O se largan, o en breve también desaparecerá. Al tiempo.

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