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/ OPINIÓN

Qué quiere ser l’Agrupació a partir de ahora

3/09/2020 - 

VALÈNCIA. Vamos por partes.

1. L'Agrupació de Penyes, una vez más, ha estado ágil, convirtiéndose en un espejo del sentir del valencianismo. Movidos por la celeridad de su presidente, el pasado viernes desde la sala Rex -atalaya del movimiento asociativo- su directiva a punto estuvo de condenar la marcha de Prandelli y pedir, en consonancia, la dimisión de la obcecada presidenta Layhoon Chan. Solo que en un giro de guión inesperado, su reloj avanzó hasta el siglo XXI y se toparon con un escenario imprevisto: casi la práctica unanimidad de las peñas que agrupa la Agrupació estaban desagrupadas de ella. 

2. Deberá replantearse l’Agrupació qué quiere ser, a qué se quiere dedicar, cuál quiere ser su postura respecto al club. Deberá hacer lo que no ha hecho durante unos cuantos años, primero con Madrigal, luego con Sagreras: entender que el club va más allá de quienes dirigen el club; escuchar a quienes componen su ente asociativo. Lo que ocurrió en la última Asamblea Extraordinaria es un gran paso, bien reconfortante: en lugar de cenas de adoración, actos de fiscalización. L’Agrupació solo tiene sentido si se convierte en vigía de los intereses del club. Y a veces, ay qué incómodo, el fin pasa por batallar frente a quienes lo poseen. Por esto mismo es tan necesaria. Ya no les sirve con ser y hacer lo que eran y hacían, en un nuevo marco de atomización, consumo fragmentado y animación sin estadios. Su transformación pudo haber comenzado el viernes pasado. No se trata de l’Agrupació, se trata del músculo social del Valencia. Una buena noticia. 

3. L’Agrupació deberá apuntarse parte de la responsabilidad en la desmovilización previa y severa del valencianismo. Sedante cómplice que, con alfombra roja, relativizó los desvaríos que iban llegando en suma. ¿Qué hubiera pasado si la resistencia, desde el principio, hubiera sido algo más corajuda? Sí, ya sé: problamemente nada.

4. Dice la corporación de Anil que toman nota, toman nota de la nueva relación de fuerzas de l’Agrupació para con el club. ¿Es una amenaza? Es una amenaza. Solo que es una amenaza de nada dirigida a nadie. Chusco como él solo, ya no se percata Anil de su pérdida integral de interlocutores. Su virulencia ha colapsado y cada comunicado es, en lugar de un proyectil, un regalo a la reputación del destinatario. 

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