VALÈNCIA. El Valencia no acaba de salir del pozo. La salvación solo se logrará jornada a jornada, peleando con la bayoneta calada por cada punto en juego. Algún dedo acusador ya señala a Baraja como máximo responsable de la actual situación del equipo. Gran error. O siendo mal pensado (porque me sobran los motivos) que estas críticas no sean sino una nueva campaña orquestada desde dentro del club. ¿El objetivo?. Buscar culpables donde no los hay y eludir responsabilidades. Así de simple. Aquí, la verdadera responsabilidad es de Peter Lim. Luego, la culpa cae en cascada hacia esos empleados que sirven a los intereses de Meriton en lugar de servir a los del Valencia. Es decir, los Lie Hoon, Javier Solís, Corona y compañía…
En el plano deportivo, Baraja tiene la culpa que tiene. Es decir, muy limitada. El Pipo no es responsable de entrenar una plantilla de calidad más que justa y completamente descompensada. Ni tampoco es culpable de que no hayan llegado los más que necesarios refuerzos en este último mercado de invierno. Se mire como se mire, el equipo es muy limitado. Y si hay alguna baja de futbolistas importantes, mucho más todavía. En lo futbolístico, por desgracia, tenemos al mando (si es que de verdad decide algo) a un director deportivo como Corona que fue capaz de asegurar, sin rubor, que no necesitábamos fichajes porque de plantilla íbamos más que sobrados. Terrible.
Con empleados como este “profesional” al frente, Corona es un tipo de escaso bagaje y más que dudosa capacidad, la empresa de lograr la permanencia en Primera se presenta muy complicada. Porque tenga o no mayor o menor capacidad de decisión, Corona no deja de ser el director deportivo del Valencia. Y la responsabilidad de todo lo que suceda en esa faceta al club, ya sean éxitos o fracasos, es suya. No me valen excusas de que no pinta nada y que siempre “falta el OK de Lim”. Si de verdad es así, y Corona tiene algo de dignidad, que dimita. De lo contrario, además de cómplice, es responsable. O culpable.
El problema del Valencia ya no es que exista un peligro más que real de bajar a Segunda división. El descenso es un drama, es cierto. Solo los que lo hemos vivido sabemos que de lo que hablamos. Es durísimo, se lo aseguro. El problema tampoco es si el club podría sobrevivir o no esa categoría de plata del fútbol español. Pues claro. Que nadie dude cuál sería la hoja de ruta de Lim. Ventas y más ventas. Cantera y un aluvión de cesiones. Aquí, el gran problema es que si bajas a Segunda… con esta gente de Meriton al mando no vuelves a subir a Primera ni de coña.