Quique Setién, quince días para recuperar solvencia, impronta y efectivos

VALÈNCIA.  El Betis de Quique Setién afrontará los próximos quince días de parón liguero con la tranquilidad de su cómoda clasificación y el imperativo de recobrar la solvencia del primer tramo de Liga, la impronta de juego del cántabro y futbolistas clave que no han jugado en los últimos compromisos.

Octavos con diecisiete puntos, los pupilos del santanderino han completado un comienzo liguero en el que han cosechado cinco victorias, dos empates y cuatro derrotas; en el que han ido de más a menos y en el que han alternado fases brillantes de juego con otras que han suscitado dudas, fundamentalmente defensivas.

Los guarismos de los béticos hablan bien a las claras de que, junto a su capacidad ofensiva (21 goles), tienen una manifiesta debilidad atrás que se ha traducido en 20 tantos en contra, de los que diez de ellos los recibió ante la Real Sociedad (4-4) en Anoeta y el Valencia en el Benito Villamarín (3-6).

El remozado estadio de los verdiblancos se ha convertido, con el apoyo de sus más de 50.000 socios, en un fortín salvo en el partido ante el Valencia, aunque en el últimos encuentro ante el Getafe ya se encendieron algunas alarmas ante el 0-2 de los madrileños, finalmente apagadas por sendos chispazos de calidad del paraguayo Tonny Sanabria y el medio argelino Ryad Boudebouz.

El francoargelino, llamado a ser una de las figuras del equipo, ha tardado en entrar en la dinámica del grupo por una lesión de rodilla con la que llegó el pasado verano procedente del Montpellier francés; y Sanabria, con siete goles, está protagonizando el debate sobre su titularidad en competencia con Sergio León, con cuatro.

Setién ya ha dejado claro que, pese a que algún día los pueda alinear juntos, su idea es jugar con un solo punta porque necesita "jugadores que abran en banda y tener control en el centro" y que eso lo hace mejor "con tres jugadores que con dos".

Claves en este tramo de la temporada han sido el capitán Joaquín Sánchez; el medio de cierre Javi García, por el equilibrio que aporta al entramado defensivo; y el centrocampista mexicano Andrés Guardado, por la versatilidad -ha jugado de pivote, interior por los dos lados y lateral- y sus prestaciones en el pase y a balón parado.

Junto a ellos, y con los altibajos propios de la inexperiencia, el Betis se ha encontrado con la eclosión del medio canterano Fabián Ruiz, actualmente seleccionado para la sub-21 de España, situación en la que también están los internacionales Guardado (México), Aïssa Mandi (Argelia) y Alin Tosca (Rumanía).

Hasta el próximo partido de Liga, contra el Eibar en Ipurúa el próximo 20 de noviembre, Setién trabajará en corregir aspectos de su innegociable concepto, como las jugadas a balón parado y otros automatismos defensivos, para evitar las sensaciones ofrecidas en sus últimos partidos ante el Getafe (2-2), Espanyol (1-0) y otros anteriores como el enloquecido ante el Valencia en casa (3-6).

Pese a que el armazón de juego está bien definido, el cántabro ha acusado en los últimos partidos bajas esenciales en su equipo titular, como la de los defensas Riza Durmisi o Zou Feddal; con las que se ha evidenciado que, si bien la mejoría es notable respecto a años anteriores, la hondura del fondo de armario no es suficiente.

Hasta la reanudación de la competición, Quique Setién podrá trabajar en la corrección de los aspectos que más le han penalizado; en recuperar jugadores de su enfermería, como Durmisi, Feddal, el costarricense Joel Campbell y el canterano Francis Guerrero; y en acercarse a la mejor versión de Boudebouz.

El conjunto bético tendrá ante sí, por tanto, dos semanas de entrenamientos antes de afrontar un calendario que lo enfrentará antes de que termine noviembre al Eibar en Ipurúa y al Girona y el Cádiz (vuelta de la Copa del Rey) en el Benito Villamarín; y ya el 3 de diciembre ante Las Palmas en el Estadio Gran Canaria.