Ración triple de 'local management'

VALÈNCIA. El día de la marmota. Hablar de autocrítica sin tenerla, presentar disculpas laxas, intentar lavar una imagen demasiado sucia, repetir discursos vacíos, hacer nuevas promesas que acabarán incumplidas y emplear términos tuneados como 'local management', en sustitución de otros caducados como 'youth policy'. Palabras que no dicen nada. Es el bucle infinito de Meriton, que busca batir su plusmarca mundial de incompetencia. La estrategia es la de siempre. Cambiar todo para que nada cambie. Prometer y no cumplir. 

Rubén Baraja, escudo humano y parapeto de la propiedad, logró salvar al equipo, reforzó su estatus de leyenda y lo hizo con valentía, apostando por la chavalería. Así salió el club del chapapote de Segunda, donde tenía pie y medio. Baraja, que podría pasarse sentado sobre su dignidad lo que le queda de vida, renovó. Y nada más firmar, se aireó que tendría voz y voto para la confección de la plantilla. ¿Coinciden los primeros movimientos del club con la voluntad del entrenador? La respuesta tiene dos letras, la palabra es una sola. No.

Primer movimiento. De entrada, Baraja, que supuestamente iba a tener peso, voz y voto en la confección de la plantilla, ha tenido que 'tragar' con la continuidad de Cenk Ozkaçar. Decisión de club. La entidad, a la que no le sobra un euro, ha tomado la decisión unilateral de pagar 5 millones de euros en un central que no ha sido titular en toda la temporada y que, salvo mejor opinión, no era una prioridad para el entrenador. 'Local management'.

Segundo movimiento. Justin Kluivert, que sí era una prioridad para Baraja, se marcha al Bournemouth inglés por 11 millones. El neerlandés, uno de los pocos componentes de la plantilla que sí tenía nivel VCF, no seguirá porque no se ejecutó su compra. A pesar de que el chico se mojó públicamente afirmando que su deseo era seguir, el club no supo o no pudo hacer frente a una negociación. 'Local management'.

Tercer movimiento. Otro que entraba en los planes de Baraja era Toni Lato. El chico, factoría de Paterna, quería renovar y seguir en Mestalla. El club le hizo una oferta a la baja - perdón, muy a la baja-, y el chico ha acabado firmando por el RCD Mallorca que, según la prensa local, le ha pagado una ficha que casi dobla el salario que le ofrecía la propiedad valencianista. Otro revés para Baraja. 'Local management'. 

Sorpresa, sorpresa. Nada nuevo bajo el sol. Ración triple de 'local management'. Suerte para Baraja. La va a necesitar. Herramientas no le sobrarán. Y autonomía, tampoco. Mientras Peter Lim siga siendo el máximo accionista del club, el entrenador tendrá la misma fuerza en el VCF que la UGT con Franco. Ninguna. El modelo no es buscar lo mejor para el equipo, sino lo más cómodo para la propiedad. Antes se llamó 'youth policy'. Ahora se llama 'local management'. Es el mismo perro con diferente collar. Baraja reclama voz y voto. La verdad es que chocará con el 'local management'. Y que el elefante en el salón sigue ahí. Se llama Peter Lim. Y en 'Meritonia', las palabras se las lleva el viento.