Rafa Benítez ya no es de ninguna parte

VALÈNCIA. Rafa Benítez lleva camino de sucederle lo que a Rio Mavuba, aquel pivote que jugó en el Villarreal y que nació en un barco en alta mar en mitad de la Guerra de Angola. En el pasaporte de Mavuba ponía que era del mar.

Lo mismo a Benítez, solo que en involución cronológica. Tras sus escarceos en China, su fichaje por el Everton es visto como si un espía ruso fuera contratado por la Asociación Nacional del Rifle. Mientras, los del Liverpool pueden entenderlo como una afrenta red. Qué necesidad de irse al enemigo pudiendo seguir su decadente carrera en un club dubaití. O, llegado el momento, en el Villarreal, donde está predestinado a entrenar teniendo en cuenta el gusto cerámico por rescatar viejas glorias valencianistas.

A esa indefinición identitaria de Benítez (bendecido por la cita botarate de Marcelo Safont), le perjudica el hecho de ser uno de los entrenadores españoles más laureados que, en cambio, no ha triunfado en Madrid, Barça o Atlético. Le acompaña a Benítez la extraña sombra del que se atiborró de galones sin pedir permiso a ninguna gran metrópolis. Sobresaliendo lateralmente. Su paso efímero por el Madrid terminó de cincelar la leyenda de un técnico maldito que no encaja en el molde de los reyes de la noche.

Casi contracultural. No haber participado en la farándula, no ser un camacho de salón, lo ha alejado todavía más del centro neurálgico 

Sospecho que Benítez merece más. Más consideración. Más atención. Es víctima de algunos de los principales vicios de un fútbol tan acelerado que necesita carne fresca con la que reponer sus mitos. Benítez no es clickbait. Los reportajes sobre Benítez se leen poco. Encima está rechoncho y, a diferencia de Bordalás, no ha perdido años conforme se ha ido haciendo mayor. El síndrome de la actriz de Hollywood a la que se le desploma la tersura del cuello. Puede que hasta su método se haya quedado viejo y vaya dando tumbos de plaza en plaza, el del nombre de torero. 

Precisamente por todo eso Benítez es uno de los últimos asideros a los que agarrarse para quienes imaginamos una vida que no se zampe a sus protagonistas a la velocidad de la luz, en un usar-y-tirar furibundo. Benítez merece más. Uno de los mejores entrenadores españoles de todos los tiempos ha fichado por el Everton. Aunque, por lo que parece, por el Everton ha fichado un entrenador nacido en el mar.