VALÈNCIA. La cuarta entrega fue la eliminación del Real Betis a manos del Valencia CF. Los verdiblancos soñaban con una final en su estadio y el Valencia CF por regresar a disputar un título once años después en la temporada del Centenario. Si hubo un héroe en esa eliminatoria fue Kevin Gameiro.
El Valencia CF se puso muy cuesta arriba en la primera hora de partido. Los de Marcelino tuvieron opciones para marcar en los primeros minutos, pero los locales fueron poco a poco imponiendo su dominio y encontró en el balón parado su gran aliado. Antes del descanso, una jugada de estrategia en un córner permitió a Loren Morón hacer el 0-1.
Todo sonreía para el Betis cuando nada más empezar la segunda parte, Joaquín fue el más listo para sorprender a Jaume y marcar un gol olímpico. Un error grande del meta valencianista, que no se vino abajo y se resarció con buenas actuaciones en la vuelta y especialmente en la final de Copa.
Si hubo un héroe en aquella eliminatoria fue Kevin Gameiro. El delantero francés ya estaba dando motivos para recuperar la titularidad con un 2019 magnífico. Marcelino le dio entrada con el 2-0 en contra para dar un lavado de cara al Valencia y lo consiguió con creces. Volvió loca a la zaga verdiblanca.
En la primera jugada con peligro, Gameiro centró con fuerza al primer palo y Cheryshev entró con todo para enviar el esférico a la red con la cabeza. El Valencia llegó mejor al tramo final y otra vez Gameiro quiso repetir la acción del primer tanto desde el lado contrario. Puso un envío preciso para Cheryshev que cabeceó al larguero en el minuto 88. Sin embargo, en el tiempo de descuento Rodrigo Moreno trazó un gran pase a Gameiro para que culminara su actuación poniendo el 2-2.
El encuentro de vuelta llevó el sello inconfundible de Marcelino: resistencia a través de la defensa. El Valencia apenas quería conceder ocasiones y entregó el dominio al Real Betis. Los verdiblancos tenían dificultades para generar ocasiones y corrían el riesgo de que el Valencia sentenciara el pase al contragolpe. Y así fue. Piccini trazó una gran jugada individual y asistió a Gameiro. El francés vio a Rodrigo para que pusiera el 1-0 ante la locura de Mestalla. El Valencia regresó a una final once años después.