VALÈNCIA. Pues reapareció Peter Lim y lo hizo con una sonrisa de oreja a oreja junto a su amigo Cristiano Ronaldo. El máximo accionista del Valencia CF que lleva tres años y medio sin pisar Mestalla, vuelve a mostrar que está presente aunque no para prestar atención al sufrimiento que está atravesando el valencianismo.
Mientras el Valencia CF se pudre en la clasificación y vive un momento 'tormentoso' en su historia, la familia Lim -también apareció Kim Lim junto al Príncipe de Johor hace unas semanas- aprovecha para mostrar lo que le resbala todo lo que tenga que ver con un club abandonado a su suerte. Peter Lim vive en su mundo, ubicado en su torre de Singapur y solo aguarda paciente a la espera de que la ciudad ceda con el convenio del estadio y pueda recuperar su inversión solucionando el negocio inmobiliario a bajo coste.
La realidad es que una imagen como la de Peter Lim debería ser normal, una mera anécdota de colaboración con una 'estrella' mediática. Pero no lo es por muchos motivos. Un multimillonario al que se le atribuyen infinitas obligaciones, negocios y que desde más de mil días le resulta imposible preocuparse en primera persona por la crisis que vive el Valencia CF. Eso sí, para otras cosas que le hacen más ilusión hace el esfuerzo.
Que Peter Lim aparezca con una sonrisa es el claro reflejo del club en el que se ha convertido en el Valencia CF y que lo está acercando al sumidero de la Segunda división. ¿Qué exigencia tiene un club en el que el dueño no aparece? ¿No transmite su preocupación visitando las instalaciones para conocer al detalle lo que está haciéndole perder 40 millones de euros anuales? Para colmo, sus apariciones públicas lo hacen con un rostro que reafirma su absoluta despreocupación y falta de sensibilidad con los aficionados que están que trinan con la crisis deportiva de su Valencia CF. No me extraña que jugadores tengan licencia para 'desconectar' en otra ciudad y recuperarse de una lesión con el equipo en descenso.
Sin estructura, sin exigencia y sin rumbo es muy difícil que el Valencia CF no acabe muriendo a los pies de un multimillonario que se siente más orgulloso por posar o colaborar con un 'red devil' que cualquier otro asunto relacionado con el club que compró.