VALÈNCIA. Se me hace cuesta arriba abrir esta pequeña ventana de opinión que cada semana me brinda www.plazadeportiva.com sin solidarizarme con los compañeros que, por desgracia, van a verse involucrados en los diferentes ERES que afectan al periodismo nacional y, en especial, al de la Comunitat. Una situación que se ha convertido en el pan nuestro de cada año y que, a la sombra de la pandemia -con o sin razón- ha visto multiplicar sus efectos en decenas de familias a las que les va a tocar enfrentarse al reto de volver a alzar la cabeza. Reducciones de plantilla, cierres de delegaciones…el panorama para la profesión de la que yo me enamoré resulta estremecedor. Da miedo. Cada vez hay menos periodistas en las redacciones y sin ellos la información pierde calidad, pierde la democracia y por tanto, perdemos todos. Quizá sea el momento de hacer algo, buscar nuevos modelos de negocio que sí necesiten de la calidad en las noticias, quizá sea el momento de reinventarse.
Pero reinventarse es un vocablo que se verbaliza muy rápido y que, sin embargo, no es sencillo transformarlo en realidad. Cambiar de arriba abajo en cualquier ámbito de la vida personal o profesional es una de las cosas más complicadas de la misma. Por ello, resulta todavía más meritorio, centrándonos en el Valencia, lo que está consiguiendo Musah. El ex del Arsenal nunca jugó por la derecha durante toda su etapa como canterano gunner. Jamás. Yunus aterrizó en la ciudad deportiva de Paterna gracias un movimiento que Pablo Longoria llevaba varios años orquestando. Tantos, como que formando parte de la secretaría técnica de la Juventus, el actual director deportivo del Olympique de Marsella a punto estuvo de conseguirlo. Pero su trabajo, por suerte para los che, acabó dando sus frutos meses después de su llegada a la capital del Turia.
Hizo la pretemporada con el filial y se convirtió en un asiduo de los entrenamientos con el primer equipo. ‘Los mayores’ alucinaban con su talento. Ellos y Marcelino. El técnico veía en él al cuarto mediocentro del equipo junto a Kondogbia, Coquelin y Parejo. A poco que se asentara en la dinámica, la oportunidad caería por su propio peso. Sin embargo, quien cayó antes fue el técnico asturiano. Sin él y con Celades en el banquillo, el internacional estadounidense de nuevo cuño fue condenado al ostracismo. Apenas tenía continuidad en un filial que sufría para mantener la categoría en los meses previos a la pandemia y cuando jugaba lo hacía por el flanco diestro. Ahí lo situó Chema Sanz y es ahí dónde Javi Gracia lo ha hecho insustituible.
Hoy en día ya nadie pone en duda el potencial del ‘30’. Con 18 años recién cumplidos se ha convertido en el amo y señor de la banda derecha. Tanto que, como ya dejó entrever el pasado martes Anil Murthy en una comparecencia pública organizada por La Liga, el club podría tener muy avanzada su renovación. Su talento es descomunal y su proyección todavía inimaginable. ¿Y saben qué? Pese a que todo esto se lo ha ganado pegado a la línea de cal, sigo pensando lo mismo que él primer día que lo vi en directo: está jugando en una posición que no es la suya. Se ha adaptado, sin duda, pero si algún día tuviéramos la suerte de verlo en un sistema con tres hombres en el centro del campo y ocupando el interior diestro, nos deslumbraría aún más si cabe. De hecho esa es la intención del seleccionador yanqui: si Yunus elige vestir de manera definitiva al combinado de las barras y estrellas, Gregg Berhalter contará con él como mediocampista por dentro. Porque Musah también sabe jugar de espaldas, girarse y asistir al compañero, pero sobre todo, ver como con esa arrancada va sortea rivales para perfilarse y disparar es una cualidad que lo puede convertir, a medio plazo, en uno de los jóvenes más determinantes del panorama mundial. Al tiempo.