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OPINIÓN | PELEANDO A LA CONTRA

Revolución de octubre

28/10/2018 - 

VALÈNCIA. 3-5-2 dicen. El Llevant cierra octubre con 12 puntos en 4 partidos y suma 16 en total que, con una victoria más, representará media permanencia en sólo un cuarto de liga. Y acabará la jornada, si no en puestos europeos, rozándolos.

Poco después del gol de Roger, asistido por Campaña, el agua ya bajaba formando cascadas por las gradas semivacías del Ciutat, empapando las nalgas y los pies de los estoicos. Uno de ellos comentó con sorna: "ahora avisan por megafonía que abren tribuna". Soy, sin embargo, de los que no aplaudiría que se cubriera todo el estadio. Los clubes que lo hacen –casi todos, hoy en día– acaban con campos que parecen canchas de baloncesto donde apenas entran ni el sol ni la luz. Me gusta el fútbol a la intemperie. Para los que quieran estar calentitos en invierno y a la sombra en verano está el cine, el teatro y la tribuna. Aunque en realidad la idea de techar Orriols no me convence, sobre todo, porque durante el habitual turbión que sufrimos cada dos o tres años nadie podría hacer ya el comentario de que abran tribuna. Y eso es patrimonio inmaterial del levantinismo: el recuerdo de aquellos tiempos en que íbamos tan pocos al campo que si llovía cabíamos en tribuna. Hoy todos quieren ser del Llevant. Y a este paso, como Paco López mantenga al equipo con estas prestaciones, pronto empezarán las listas de espera para poder ser abonado. Por tanto es más necesario que nunca fijar la memoria del club que éramos hasta hace nada, y así no perder la perspectiva.

Tal vez fue la lluvia –torrencial en algunas fases–, que pesó en las botas de los jugadores, pero el Llevant disputó un encuentro similar al del Sevilla, aquella debacle que terminó 2-6, que pudo ser mucho peor y que propició el cambio de sistema (de distribución, según López), aunque en la práctica se aplicó dos jornadas más tarde. Reparto de golpes, esgrimieron aquel día los entrenadores, tras una mañana infernal por el calor. Fue cierto. Ayer el Llevant volvió a jugar con fuego, pero la fortuna no le fue esquiva, como entonces.

Hasta el 1-0 los blaugrana desarbolaron al Leganés, llegando con una facilidad pasmosa al área rival y se mostraron firmes atrás. El agua –que más que caer, parecía que la tiraran en cubos– frustró el fútbol desenvuelto de los granotes; la marcha de Cabaco, con un esguince, en el 26', desmontó la firmeza defensiva. Aún tuvo Jason el 2-0 en el 30'. Morales le lanzó un balón de oro, de este a oeste, que el gallego voleó a un palmo del palo, ante la salida de Cuéllar. Después el Leganés pudo empatar, bajo la tormenta. Para entonces quedaban en la grada una cuarta parte de los 20.000 que empezaron, la mayoría en tribuna. 

En la segunda mitad los levantinos estuvieron de nuevo a punto de marcar: algunas ocasiones y la enésima negligencia de De Burgos Bengoetxea por estos lares. El trencilla, con quien los levantinos jamás habían ganado, y los del VAR les escamotearon un penalti de libro a Rochina y otro no tan claro a Postigo. La cuestión es que el Leganés llegó vivo al tramo final y el Llevant se mostró temerario, más preocupado de atacar a lo loco que de proteger el botín. Así, los pepineros generaron ocasiones claras, estrellaron dos balones en los palos y metieron el miedo en el cuerpo.

López y el equipo dieron por bueno el intercambio de golpes que, a estas alturas, beneficiaba al Leganés y era un suicidio para el Llevant. Así, se mantuvo una actitud muy ofensiva. Para muestra, un botón: en el 78' el Leganés robó en su campo y la contra pilló a todos los levantinos lanzados al ataque. Postigo mantuvo la calma en un tres para uno, escoró al atacante que conducía el balón y acabó encimándole para que disparara incómodo ante Oier. El central, providencial, salvó dos puntos con su inteligencia y rapidez en una jugada que jamás debió suceder.

El temporal dio un toque épico a la victoria que no debe ocultar ni los errores de ayer ni la carencia de este equipo, que es imprescindible corregir, si realmente quiere llegar a hacer algo grande y consolidar una trayectoria espectacular. Falta un metrónomo, el Iborra de 2011, alguien capaz de dar un grito y recordar que todo partido tiene su tempo y que lanzarse en desbandada al ataque en el 80', con 1-0, es regalar mucha ventaja al rival. El sábado la fortuna sonrió y Rochina mató el partido en el 90'. Así se coronó un octubre prodigioso, con cuatro victorias, una de ellas en el Bernabeu. Un octubre revolucionario, que nos deja un Llevant espectacular y con margen de mejora. Un octubre que podría ser un punto de inflexión para el levantinismo, marcar un antes y un después.

Oier (8); Cabaco (7), Postigo (8), Pier (5); Jason (7), Campaña (7), Rochina (6), Bardhi (6), Toño (7); Morales (6) y Roger (7).

Chema (5) 26' por Cabaco

Boateng (5) 63' por Roger 

Pedro López (sc) 87' por Jason

1-0 Roger 13'

2-0 Rochina 90'

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