VALÈNCIA. Vaya por delante que me alegro por Kang In Lee. Su gol del pasado martes en el Real Valladolid supone ganar un poco de oxígeno en la lucha por Europa. También para la situación personal del chaval, que no está teniendo una temporada sencilla. Lo que pasa es que me resulta curioso los mensajes que han salido en los últimos días de propietario: Meriton Holdings y ahora el de Coach: Albert Celades.
Me cuesta entender que el Valencia no analice la situación y que no está el horno para bollos tras una temporada en la que tienes muchas papeletas de quedar por debajo de la séptima plaza. De hecho, tiene muy poco sentido que el capitán, Dani Parejo, publique un mensaje asumiendo autocrítica y reconociendo que ha habido errores. Y mientras tanto, el club se dedica a celebrar consigo mismo el hecho de conseguir 'hitos' que no 'maquillan' la temporada. Además, esta estrategia genera todavía más enfado en el valencianismo.
Y en este sentido, considero que Meriton y su mensaje de éxitos como el de pasar a octavos de Champions o el cuestionable crecimiento de Kang In Lee -no ha tenido muchos minutos- bajo la política de jóvenes que abandera, solo hace que tirarse piedras en su propio tejado. Pero no solo eso, también arrastra al surcoreano. Le hace un 'flaco' favor a Kang In Lee, que vuelve a estar colocado en el punto de mira. Y eso no es culpa del jugador. Desde su explosión la temporada pasada en la Copa del Rey, tengo la sensación de que la propiedad ha utilizado a Kang In Lee como una herramienta para justificar algunas de sus decisiones. Y al final creo que el chaval lo que quiere es jugar.
Sin embargo, ese trato 'especial' que está recibiendo Kang In con el mensaje del pasado martes para que Meriton saque pecho de su gestión o aquel comunicado tras la salida de Marcelino por la apuesta en los jóvenes valores, lo único que hace es ponerle en el foco y perjudicar a un jugador de apenas 19 años. Si de verdad el Valencia apuesta en Kang In Lee, lo que tiene que hacer es dejarle hablar en el césped sin más y que tenga tranquilidad alrededor. Es decir, no emplear la buena actuación del canterano en un partido para seguir con un mensaje de éxitos que son insuficientes para una entidad como el Valencia. Detecto cero autocrítica y muy poca reflexión en las altas esferas tras una temporada que va camino de ser un desastre.