VALÈNCIA. Vaya por delante que no le tengo ningún cariño a Peter Lim. No le conozco. Pero no me cae nada simpático. En mi opinión, Lim está dejando caer al Valencia en un pozo oscuro y profundo del que no se ve el fondo. El club se encuentra inmerso en pleno proceso de liquidación. No sé si por traspaso o por derribo, como se preguntaba Paco Gisbert en estas mismas páginas, pero tengo muy claro que Lim ha arrasado la entidad y que ultima sus días en Mestalla. Su política no es otra que la de soltar lastre en perjuicio de la capacidad deportiva del equipo. Su único objetivo parece ser el de recuperar su inversión e, incluso, sacarle beneficios. El Valencia se encuentra en el momento más complicado de su historia centenaria. Y el gran culpable de ello es el filántropo Peter Lim.
Dicho todo esto, el patinazo de Javi Gracia sobraba. No me gustó que el entrenador del Valencia quisiera marcharse. Y que, a día de hoy, se encuentre secuestrado por los 3 millones de la cláusula de su contrato. Tengo muy claro que, pese al inmaculado comunicado que realizó, su idea no era otra que la de largarse. Si Gracia continúa en Mestalla es porque no le queda otra. Está forzado a quedarse sin creer en el proyecto. Y los futbolistas lo saben. ¿En qué lugar queda ahora el entrenador ante su plantilla?. ¿Cómo podrá convencer a Kondogbia de que no se vaya al Atlético? Los jugadores son conscientes de que el entrenador ha querido irse. Por eso, además de lo futbolístico, la gran labor del técnico será la de reenganchar a una plantilla para que vuelva a confiar en él.
A Javi Gracia se le tiene en buena consideración entre el valencianismo porque se ha convertido en un ariete afilado contra Lim. Y por sus elocuentes ruedas de prensas en las que desnuda las vergüenzas de Meriton, a la vez que caricaturiza a Murthy. Pero no nos podemos quedar solo con eso. Debemos apoyar al entrenador, sí, pero también exigirle en consonancia al club que representa. Lim ya le ha perdido el respeto al Valencia. Y se ha ciscado en el escudo. Pero el técnico debe evitar más circos innecesarios y, sobre todo, volver a enviar mensajes contradictorios. Gracia no puede acudir con su representante a la sede del club para buscar una salida amistosa del Valencia y luego asegurar que lo que realmente quiere es seguir entrenando a este equipo.
Es cierto que a Gracia le han engañado. Que no se ha realizado ningún fichaje. Pero eso de que al entrenador le prometan unos refuerzos que nunca llegan no es algo nuevo en el mundo del fútbol. Está bien que lo haya denunciado. Y le aplaudimos. Pero no es motivo suficiente como para poner tu cargo a disposición del club. Los enfrentamientos entre la directiva, la dirección deportiva y el técnico suelen ser algo habitual. En Valencia lo hemos vivido en numerosas ocasiones. Desde Di Stéfano hasta Rafa Benítez. A éste último no le ficharon nada la temporada 2002-2003 y le trajeron un sofá y una lámpara en la siguiente. Pero Benítez dijo un “hasta donde lleguemos” y se puso a trabajar. No hace falta que recuerde lo que sucedió el año 2004. Un doblete histórico.
Está claro que la situación actual no es la misma. Que las plantillas no se parecen en nada. Pero más cierto es todavía que el nivel de exigencia que tendrá Javi Gracia no es el mismo que tenía Benítez. A Gracia nadie le va a exigir que se gane la Liga. Ni siquiera la clasificación para la Champions. Pero sí que el equipo haga un papel mucho más digno en partidos como los del Huesca o el Betis. Javi, estás en un lugar privilegiado como el Valencia. Es cierto que los gestores del club no son los adecuados. Lo sabemos de sobra. Pero todo el mundo quiere que te quedes. Cuentas con el apoyo de la prensa y la afición…. No más salidas en falso por favor.