VALENCIA. Se acaba 2015 y para el valencianista se acaba un año raro y que dependiendo del resultado en el Madrigal se cerrará con un sabor muy amargo si se pierde o se endulzará y se encenderá una luz para la esperanza si se gana.
El año comenzó siendo muy ilusionante. Con la victoria al Real Madrid en Mestalla después de casi siete años. Con el fichaje de Enzo Pérez por 25 millones de euros en una demostración del poderío económico que tenía el recién estrenado máximo accionista del club, Peter Lim. Las expectativas eran inmejorables porque después de muchos años el Valencia CF parecía tener un bloque sólido, competitivo y muy joven que con unos retoques podía aspirar a grandes logros. El primer gran objetivo se logró, se regresó a la Champions League después de casi tres temporadas. Pero el verano fue un terremoto del que el club todavía anda recuperándose.
Nuno se endiosó de tal manera que quiso ser el único jefe en Valencia. Le pidió a Lim que echará a dos emblemas y tipos significativos para el valencianista como Ayala y Rufete y el asiático cedió. Salvo se marchó con ellos por dignidad porque ya no pintaban nada y el portugués arrasó con todo lo creado en apenas tres meses y medio. En ese tiempo consiguió ponerse a todo el mundo en contra, tanto dentro como fuera del club. Pese a que pueda parecer mentira había muchas más ganas de que lo echaran dentro del club que fuera, siendo muchas las que habían en la calle. La gente que tenía que soportar al portugués a diario no lo tragaba por sus malas maneras.
Nuno ha sido el gran error de Lim y de momento el que ha hecho que su proyecto se tambalee y quien ha generado dudas sobre Meriton en la gente. Meriton ha puesto solución tarde pero la ha puesto. Neville es un tipo de fútbol. Se le huele de lejos. Sabe lo que es el fútbol pero ahora tiene que demostrar que también sabe llevar un grupo. Tiene un gran reto por delante y también opciones bonitas como la Copa o la Europa League para conseguir hacer historia.
El valencianismo merece una gran alegría. Ya son muchos años sin ganar nada y demasiados sinsabores. Todo lo que salió al revés en la primera parte de la temporada podría salir de cara en la segunda. Esa es la esperanza que tenemos todos. Desde aquí sólo me queda desearles Feliz 2016 y que sea un año de muchas alegrías que seguro se las contaremos en este periódico que leen miles a diario.