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opinión

Si es que la culpa era de Aderlan Santos…

Sí, Aderlan es un referente, un pequeño símbolo de una época en el que no eran necesarios méritos para jugar en el Valencia y el puesto en la plantilla se regalaba (¿hablo en pasado?) por razones comerciales; una época de la que quien menos culpa tiene es el propio jugador...

14/07/2017 - 

VALENCIA. La unión del mestallismo reivindicando el valor de Aderlan Santos como referente indudable del juego valencianista ha surgido efecto. De tanto señalar lo que nos dolería que causara baja, lo mucho que perderíamos sin él, hemos conseguido seducir a otros equipos e incorporar al bravo zaguero brasileño. Y lo más difícil todavía, que el Valencia no tenga que pagar al Sao Paolo por cederle a Aderlan (o al menos que se sepa).

Sí, Aderlan es un referente, un pequeño símbolo de una época en el que no eran necesarios méritos para jugar en el Valencia y el puesto en la plantilla se regalaba (¿hablo en pasado?) por razones comerciales; una época de la que quien menos culpa tiene es el propio jugador.

Fruto de una plantilla entrenada demasiadas veces por técnicos disparatados, fruto de una campaña de distorsión infame de los palmeros de turno, interiorizamos que los problemas en el Valencia no eran de plantilla sino de entrenador, de gestión de vestuario, de contexto… Nos quisieron hacer creer, como en una frase en sobre de azucarillo, como en un manual de autoayuda, como en un libro de emprendedores baratos, que bastaba con querer, con intentarlo, que con estos jugadores se podía y sólo era cuestión de apuntalar pequeños desajustes. Desde luego que era un problema de entrenador y de gestión de vestuario y de contexto… y esencialmente de plantilla.

Querer competir con Aderlan Santos como central explica muchas de las cosas que han venido sucediendo en el club. Cuáles fueron los criterios para traerlo. Por qué alguien del nivel de Santos ha jugado cerca de cuarenta partidos con el equipo.

Explica la creencia bien excéntrica de los propietarios de que un buen equipo podría lograrse simplemente con quererlo y con proferir frases muy gruesas sobre un futuro común la mar de esperanzador. Explica cómo el equipo ha venido siendo el patio trasero utilizado por los socios Lim y Mendes para depositar piezas proclives a la revalorización. Explica la absoluta frivolidad a la hora de gestionar un club de fútbol. ¿Pero Aderlan Santos culpable?, ¿culpable de qué? Las culpas están más arriba aunque sea más sencillo descargarlas sobre él. 

Repasar a dónde están yendo a parar algunos de los futbolistas glosados (Sao Paolo, China, River, Deportivo…) describe bien de dónde venimos, quiénes éramos. Si queremos seguir yendo hacía allí, sigamos creyendo que nos vale con cualquier cosa, que ya lo arreglará Marcelino y su implacable cuerpo técnico… Aderlan Santos no es más que la constatación de un tremebundo fracaso del que no nos hemos alejado demasiado. 

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