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opinión

Sin sentido: Singapur, sin Mateu

30/07/2019 - 

VALÈNCIA. Hay veces en las que parece que nos va la mala vida. Se nos suben las burbujas de la gaseosa a la cabeza, nos viene ese arrebato fallero de “tot per l'aire” y nos montamos una fiesta improvisada de esas, con fuegos artificiales y sus “llumenetes” sobre las cejas. Digo yo que será así como se sienta ahora Peter Lim, al que le ha dado un arrebato de PC Fútbol (mítico videojuego de finales de los noventa) y ahora se le ha encendido la luz de motor del cuadro de mandos. Sí, ahora, aunque parezca mentira y todo esté rodando como toca en todas las parcelas del club. Ahora, sí, justo ahora que el Valencia CF está asentando las bases, definitivamente, de un proyecto sólido y coherente. En este preciso momento, cuando nadie lo esperaba, aparece Lim, dueño legítimo del club, para meter baza en la política de fichajes y la planificación deportiva que, como todo el mundo sabe, ha sido exitosa: Aderllan Santos, Abdennour, Bakkali, Medrán, y un larguísimo etcétera de una lista de grandes éxitos que haría las delicias de cualquier pasaje del terror.

No sé en qué medida no hay varias sombras pululando tras este arrebato presidencialista de Lim: malditas son las moscas “cojoneras” que revolotean allá donde ven que hay provecho del que extraer beneficio alguno, aunque sea a costa de los demás. Son capaces de convertir el sentido común en enemigo, como también son capaces de transformar la falacia y el destarifo en la única e impepinable verdad a seguir. Tal es la locura de quien aconseja sometido a la más radical ignorancia o a la más extrema voluntad carroñera. ¿quién está detrás del arrebato de Lim? ¿Es algún agente que lleva tiempo sin mover pieza en el club? ¿es el propio Lim que, desde su despacho de Singapur, se ha dado cuenta de que, en verdad, el sueño de su vida era fichar a jugadores de un club de fútbol y cambiar cromos con otra gente? ¿Qué evidencias de su gestión le llevan a pensar que, con él, las cosas no solo van a continuar siendo buenas, sino que van a mejorar? Tuvo Mateu Alemany la sabia prudencia de quedarse en un tercer plano en las celebraciones del club tras el título de copa, porque los egos son muy sensibles y si el máximo propietario se había quedado en un segundo lugar, el bueno de Mateu no podía atraer demasiado la atención hacia su persona. Todo movimiento, en este sentido, hubiera sido mortal de necesidad y toda prudencia, en consecuencia, hubiera pecado de insuficiente. Pues aun así, parece que a Lim le ha dado un apretón de órdago, de esos que le daban a Jesús Gil, cuando el Atlético era un cóctel caótico de sabores y de estados emocionales, que acabó en segunda como quien se desmaya por un golpe de calor.

Pensábamos que teníamos aprendida la lección, pero veo que no: si fuera esto una partida de ajedrez diríamos que tenemos un jaque y que quedan varios movimientos posibles, pero si no sabemos jugar bien acabará siendo un jaque mate. Y tiene toda la pinta de acabar así de mal, porque si salen Mateu y Longoria terminará saliendo Marcelino y otra gente ¿me rasgo las vestiduras si se va el técnico? No, porque más pronto o más tarde esto ocurrirá (es ley de fútbol), pero lo malo es qué proyecto vendes, qué imagen vuelves a dar de inestabilidad, de club caprichoso, de transitoriedad o de montaña rusa. Ha costado cambiar una idea del Valencia CF que venía calcificándose peligrosamente. Paciencia, buen sentido de club, serenidad y seriedad hicieron (todo ello de la mano de Mateu Alemany) que los futbolistas quisieran venir a este club para ganar títulos y no para revalorizarse e irse a otro sitio a ganar esos mismos títulos. El esfuerzo tan mayúsculo y de tantos meses de trabajo va más allá: las marcas se suben al carro de los proyectos serios y estables y huyen de aquellos que tienen piel de esparto y dan buena cuenta de su desconcierto. El caos y la improvisación no combinan bien con los patrocinadores ¿o es que cree Lim que este reciente éxito de las camisetas le viene dado porque él está detrás del club? No, un sponsor acude a la luz de una metodología seria y a una coherencia institucional y deportiva. Poner en jaque, por interés, por capricho o por ignorancia, la gestión de Mateu Alemany y la filosofía de fichajes de Longoria (no comulgo con todo lo que hace, pero hay que dar tiempo a su proyecto y valorar resultados mucho más tarde) a estas alturas es darle una estocada en el corazón a un Valencia CF que no merece estos arrebatos, ni estas desazones y, por supuesto, esta constante intranquilidad. No conozco ni una sola guerra que no se declarara por una buena intención de quien pensaba que un conflicto era lo mejor para el futuro: lo malo de las guerras es que, en verdad, muy pocos ganan y muchos, muchísimos, pierden sin que exista ese mismo futuro para ellos. ¿Quién gana aquí con esta última voluntad del propietario? Sepa usted, señor Lim, qué consecuencias tan negativas pueden tener ciertas intenciones suyas o de quien le revolotea, porque está a punto de comenzar una nueva guerra allá donde todo parecía estar en calma y no creo que usted, como propietario, gane nada con este capricho suyo: a lo mejor es usted la víctima y no se ha dado ni cuenta de ello, porque de todo esto el que más va a perder es Peter Lim en cualquiera de los casos.


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