VALÈNCIA. El partido del sábado ante el Celta de Vigo fue un retrato del Valencia de Meriton. Sin proponérselo, Rafa Benítez radiografió al Valencja de su pupilo Rubén Baraja arriba a abajo y de izquierda a derecha.
La partida de ajedrez respondió al concepto de fútbol que ambos entrenadores tienen en la cabera. Equipos muy juntitos, muy ordenados y que conceden muy poco. Este es el clásico encuentro que suele definir la calidad individual o los recursos del banquillo.
Desgraciadamente, a día de hoy en el Valencia de Meriton escasean ambos factores. El retrato al óleo, sin levantar la voz, que hizo Benítez en la rueda de prensa posterior no dejaba lugar a las dudas: "Es cierto que puedes tener el mismo dibujo, pero tienes que tener jugadores que marquen la diferencia. Lo que le falta es la experiencia y calidad de ese Valencia", se puede decir más alto pero no más claro.
Y a renglón seguido Baraja incidió hasta tres veces en el post partido (más una cuarta en la rueda de prensa previa) en el concepto de no querer ir más allá de partido a partido y de no gastar fuerzas en pensar más allá de la permanencia como objetivo: "Yo también quiero mirar hacia arriba y que tuviéramos la posibilidad de hablar de que estamos pensando en otra cosa. Pero, ahí es donde nos vamos a equivocar, en el momento en el que nos salgamos de nuestro camino (...) Se está viendo la evolución en cuanto a madurez, interpretación de partidos con jugadores de 18-19 años (...) A veces, nos olvidamos en el momento en el que estamos. Tenemos que ser conscientes de que cada punto tiene mucho valor, de que el equipo lo deja todo y que cuando no puedes sumar de tres, un pun9to nos acerca a lo que queremos. El objetivo de esta temporada es sufrir no tanto como el año anterior".
Cuando Baraja incide tantas veces en el mismo discurso, no es casual. Porque cuando habla de no gastar fuerzas en el entorno más próximo. Y habló del entorno más próximo porque el entrenador siempre deja fuera de esta ecuación al público de Mestalla (entiende que el aficionado siempre quiera aspirar a más). Como uno hace tiempo que dejó de creer en las casualidades, pienso que algo ha detectado el míster en las cercanías del equipo que puede causar una alteración con visos de problema en el vestuario. No olvidemos que la temporada pasada se vendía Europa en la octava jornada tras gar ganar 1-2 en Pamplona y ya sabemos cómo acabó la cosa. Estando en puertas de una Junta General de accionistas cualquier cosa es posible desde la propaganda de Meriton.
Baraja hace tiempo que decidió tener paz en lugar de razón. Y más que por una filosofía vital, lo hace para salvaguardar la estabilidad de un vestuario corto. Eso le llevó a no mojarse en el mercado de fichajes del Verano y tampoco lo está haciendo en enero. Lo que tenía que decir lo dijo corto y de manera escueta y directa: "Es una plantilla corta de efectivos". Esa reivindicación, le lleva a no desgastarse ni ante Meriton, ni ante un vestuario que podría malentender a su técnico y pensar que les acusa de falta de calidad.
Baraja conoce el club, y sabe lidiar con el momento de la entidad. Y en estas circunstancias, eso es un tesoro de incalculable valor.