Todos somos Ayestarán, pero, hagan el favor, no nos la intenten colar. La máxima garantía de Ayestarán como técnico es dirigir el Maccabi de Tel Aviv de Israel. Es la elección más lógica pero no por ello sigue siendo menos descabellada...
VALENCIA. Uno. Es fácil y cómodo cebarse con Neville. Cuando llegó, incomprensiblemente, los encuestados confiaban en que fuera él la figura necesaria para hacer renacer al Valencia. Una afición muy exigente… pero con una exigencia muy baja cuando de primeras le envainan a un entrenador poco preparado. Nos han acostumbrado a confiar en cualquiera. “Neville es un líder”, titularon los fabricantes de hashtags. Neville solo era un ‘aprendiz de’ para un puesto que le venía más grande que el traje a Pizzi. No vale cualquier cosa y no tiene el Valencia porque convertirse en conejillo de indias de experimentos locos.
Dos. No hay mucho margen para actuar porque el desacato acumula infinidad de despropósitos. Todos somos Ayestarán, pero, hagan el favor, no nos la intenten colar. La máxima garantía de Ayestarán como técnico es dirigir el Maccabi de Tel Aviv de Israel. Es la elección más lógica pero no por ello sigue siendo menos descabellada.
Tres. Intuí que Neville y Neville, hermanos todos, tendrían una mayor dignidad para afrontar el fracaso. Atrona la ausencia de autocrítica, la falta de orgullo propio, para reconocer su propio declive. Más allá del fútbol han sido maleducados con un club que les abrió las puertas sin exigirles apenas nada. ¿Cuánto más tiempo esperaban para marcharse?
Cuatro. Me pregunto qué demonios hace Phil Neville en el Valencia. Pensábamos que el cuerpo técnico del equipo iba a estar conformado en su totalidad por profesionales, no por amables miradores.
Cinco. Si Phil accedió a ser un amigo inspector vigilando desde dentro a Nuno, Ayestarán lo hizo como sustituto en diferido de Gary. Es un hecho insólito que en los cuerpos técnicos de Lim el primer y el segundo entrenador en lugar de aliados sean adversarios. Cuando Neville profirió al viento que Ayestarán había venido con él y con él se iría varios gatitos murieron. Ayestarán llegó para ser primer entrenador y lo ha logrado. El único coherente.
Seis. Fútbol. ¿Qué estilo futbolístico quiere Lim que represente su Valencia?, ¿o le da lo mismo? ¿En qué se parecía Neville a Nuno? ¿Qué requisitos va a tener el proceso de búsqueda del nuevo entrenador más allá de las conexiones personales? Estaría bien que antes de concluir la búsqueda de lo contestaran.
Siete. Lim tiene una alta capacidad para los arreglos forenses. Si a Nuno lo dejó en el limbo, sin saber durante unas horas si se había ido, lo habían echado o iba a renovar hasta 2053, a Neville le hizo pasar por entrenador del Valencia cuando ya no lo era. Un caso fascinante. Ayestarán, mientras, ha estado ejerciendo de primer entrenador durante días sin que nadie excepto los afectados lo supieran. Ojalá la Administración Lim fuera tan buena tomando decisiones como preservando sus secretos.
Ocho. El repunte popular que había experimentado el club en los últimos tiempos se ha ido definitivamente al traste. Mestalla ha dejado de ser Mestalla. El proyecto Lim ha inoculando la indolencia entre los aficionados. Vino, entre otras cosas, para desencallar el nuevo estadio. A este paso, con una gestión tan radicalmente amateur, se necesitarán menos asientos en el Nou Mestalla que en el Antic.