VALÈNCIA. Nuestro Valencia CF ha sabido levantarse contra sus propias adversidades, con milagritos o sin ellos (que también me cansa el sonsonete este), con más o menos fortuna en los momentos claves y con esos últimos minutos de cada partido que, de momento, te siguen quitando más que regalando. La cuestión es que Celades ha sabido sacar a relucir las virtudes de este equipo, pero también sus carencias, sus lagunas. La plantilla está compensada salvo en tres posiciones, creo yo: te falta lateral derecho de garantías (más allá de la ausencia de Piccini), te falta otro punta, algo más versátil que los que hoy tienes (a Sobrino no le puedo pedir lo que no es) y te falta un relevo natural de Parejo, que es muy difícil de encontrar por muchos factores. Todo lo demás está perfectamente cubierto y a la espera de ver cómo evoluciona Guedes, que podría ser ese punta versátil que apuntábamos. Sin duda, las lesiones han marcado estos meses de competición, pero le han servido al Valencia CF para darse cuenta de qué valores lo definen y cuáles no. Esto es también crecer como club, porque el pasado sábado, contra los pucelanos, se vio una versión futbolística pobre de un equipo rico en espíritu y empuje y, en cambio, los valencianistas sabemos que estos partidos se dan a lo largo de una temporada y que la plantilla está partiéndose la cara día sí y día también, así que te fastidia no ganar, pero no te ofende ni te indigna: lo lamentas, es cierto, repasas la clasificación y recuerdas el partido y te viene un pequeño regustillo amargo, pero no gran cosa, porque sabes que tu equipo ha hecho todo lo posible por dar la cara. No obstante, como ya dije, a este equipo le va la mala vida y cuando parece que tiene más descanso y menos presión, baja su intensidad y su concentración. Pero no hagamos de eso un reproche, sino una constatación de los hechos: a fecha de hoy, camino de la Nochebuena, solo tengo palabras de agradecimiento por este equipo y ganas de brindar por ellos.
Otra cosa es lo que ocurra de vestuario para arriba, porque el problema es el mismo: se han visto las carencias del proyecto y deben actuar con celeridad. En la secretaría técnica está Jorge López y me consta que su trabajo está siendo realmente bueno en el rastreo de mercado, tanto para las entradas como para las salidas. Está teniendo la ágil habilidad de no desarbolar lo que ya estaba construido y eso no es fácil llevarlo a cabo, aunque sabe que es necesario también que su sello quede grabado, al menos en lo que a apuestas de presente y de futuro se trata. Como todos los que han pasado por ahí, la sombra Mendes está presente y el tentáculo de Lim, también. Creo que Anil, en este sentido, queda más escorado al margen de los hechos, pero cabría no dejar muy al descubierto nuestras vergüenzas en materia de organización y funcionamiento del club: dejemos trabajar al equipo encabezado por Jorge López y luego que decidan quienes tengan que decidir. Pero claro, ahí está el problema: ¿quién decide qué?
Detrás de esta pregunta está la mayor de mis dudas en torno al proyecto que se está volviendo a construir: ¿será el mismo que fichó a Correia? De ser así, no es difícil atisbar que este proyecto caerá deportiva y económicamente. Anil tendrá otras virtudes (que desconozco personalmente), pero no la de ver y saber de fútbol; Mendes tiene la virtud de hacer negocios, pero no de conformar plantillas (recuerdo casos como Zaragoza o Deportivo de la Coruña, en segunda los dos; o el Mónaco, en crisis) y Lim sabe de macroeconomía, pero se deja asesorar por gente de fútbol que, quizá, no conocen la filosofía española en esta materia (bastante diferente al pensamiento anglosajón). Insisto: ¿quién toma las decisiones? No me vale aquello del consenso, porque es falso: el consenso se da en Valencia (estoy seguro) entre la secretaría técnica y Celades, pero de ahí, para arriba, a ver quién filtra. Y a esto iba: la persona más indicada para ello es Fernando Gómez Colomer, y lo digo así, con todas las letras, no solo porque es parte importante de la historia del Club, sino porque tiene experiencia gestora en situaciones de precariedad económica (a eso vamos, de nuevo), porque puede jugar un papel importante asesorando al presidente y porque es un dignísimo y preparado representante de la institución. No es tan difícil acertar en este caso, basta solo con sentarse y ver qué es necesario para el club, dentro y fuera del terreno de juego. Y el Valencia CF necesita ya esa figura que filtre realmente el trabajo bien hecho por los técnicos y ayude a enderezar la nave institucional. Ya sabemos que los bandazos no nos llevan a ningún lado y ¿por qué hay que seguir con un casting innecesario? El Valencia CF necesita un mediador que sepa de todo pero que, principalmente, conozca esta casa y sus cimientos, además de tener la experiencia necesaria en todo lo que concierne al club: dejemos que los que están sigan haciendo su trabajo y que aquellos que entren lo hagan sabiendo ya, desde el principio, a dónde entran. Dos nombres claves, pues, en todo esto: Jorge López y Fernando Gómez Colomer. Piedras de un nuevo proyecto con garantías. Felices Fiestas a todos y todas.