VALENCIA. Tras casi una hora de carrera y más de cien kilómetros contra el cronómetro, apenas un segundo diferencia sirvió en la última edición del Rallye Cerámica para marcar la diferencia entre la victoria obtenida por la pareja formada por Emilio Segura y Ricardo Ranero y la segunda plaza con la que, al final, se tuvieron que conformar Santi Carnicer y Victor Buades. La competición es así de grandiosa e ingrata a la vez, según te toque, aunque hay que destacar que, para todos y cada uno de los veinticuatro equipos que llegaron a la meta, pasar por el pódium final ya resultó ser todo un triunfo sobre una prueba magníficamente organizada por el Rallye Club Costa Azahar.
Desde el principio se vio que el duelo entre Carnicer y Segura podía alargarse hasta la última curva y que, con los prematuros abandonos de pilotos como Roig, Cañizares, Gauchía, Garrido y un largo etcétera, ese duelo se iba a quedar en un mano a mano. Y así fue, alternando triunfos parciales, los dos pilotos castellonenses salían al último bucle, el último paso por el Pantano y por Costur-Vilafamés, con cinco segundos de ventaja para el del Ford que, sin embargo, veía como el del Mitsubishi le quitaba de golpe esa renta con lo que todo se tenía que decidir en los poco más de diez kilómetros de la última especial. Pues bien, un segundo de diferencia le dio el triunfo a la pareja Segura-Ranero que cuajaron una jornada impecable.
El peldaño más bajo del pódium fue para otra pareja castellonense como es la formada por Donet y Caballer que, con su Clio, aventajaron en una veintena de segundos a los valencianos Gómez y Font con similar montura que, a su vez, quedaron por delante de los también valencianos hermanos García a bordo de su Hyundai Accent.
En fin, una edición de este Rallye Cerámica, primer Memorial Paco Blanch, que resultó todo un reto para la organización dada la gran cantidad de incidentes que hubo durante la jornada pero que, sin embargo, pasará a la larga historia de esta prueba como la edición que se decidió en la última curva.