La Fiorentina y Mestalla servirán para medir el nivel de los de Pako Ayestarán a poco más de una semana para empezar la competición, en un partido que deberá servir para probar los últimos ajustes
VALENCIA. La jornada festiva para el valencianismo que supone la presentación del equipo y la posterior disputa del Trofeo Naranja se culminará con el último test previo al estreno liguero. El VCF recibe a la Fiorentina ante su afición, un rival de entidad para medir el nivel real de los valencianistas a poco más de una semana de empezar la liga.
Mestalla y la Fiorentina mostrarán, con la mayor exactitud que cualquier test pasado en anteriores choques, el trabajo de los de Ayestarán para empezar la competición, tras una pretemporada llena de dudas y de problemas del pasado que todavía no se han solventado.
El gran debe en el trabajo del equipo che en lo que lleva de preparación es la defensa. Ante rivales de menor entidad, el conjunto valencianista ha encajado diez goles en seis partidos, dejando entrever una zaga insegura y falta de comunicación, cometiendo los mismos pecados que condenaron al VCF a una temporada para olvidar.
Dejar la portería a cero por primera vez en la pretemporada, ante el rival de mayor nivel y en Mestalla, sería una inyección de moral de cara a la competición, aunque no es el único punto a revisar. El juego ofensivo también deberá dar un paso adelante, ya que la falta de peligro y mordiente en los últimos metros ha sido otro de los puntos flacos de los blanquinegros en este mes de trabajo, máxime con la baja de Rodrigo Moreno para el partido inaugural.
Pako Ayestarán volverá a probar un once muy similar al del último amistoso en Alzira, y que sigue postulándose como el elegido de cara al inicio liguero, a falta de los cambios que el mercado de fichajes pueda dejar en la plantilla. Además, el técnico vasco podrá contar con Javi Fuego, que ayer volvió a entrenar con el resto del grupo, mientras que Joao Cancelo es duda y Siqueira, Nani y Mustafi continúan tratándose de sus respectivas dolencias.
Sin más vuelta de hoja, el VCF afronta su última prueba de toda la pretemporada, con el objetivo de hacer un buen partido, que cargue de moral al equipo y deje un buen sabor de boca entre su afición, para empezar una obligada reconciliación tras un año lleno de fisuras.