VALÈNCIA. Tras la derrota en el tramo final en Montilivi ante el Girona a Rubén Baraja se lo llevaban los demonios. Pese a su flema habitual, al entrenador del Valencia CF se le escapan trazas de cabreo entre las palabras de su discurso: "El cansancio y el esfuerzo se han notado. Tengo una gran frustración y un gran cabreo por el gran partido que hemos hecho hoy y no nos hemos llevado nada positivo en el resultado. Sabíamos que el partido iba a ser complejo. Es una lástima irnos de vacío. Los cambios no nos han dado la energía que necesitábamos para el último empujón".
El Valencia fue capaz de competir 70 minutos, concretamente hasta que Michel movió el banquillo para dar entrada -entre otros- a Yan Couto, a Portu, y a Stuani. La respuesta que pudo ofrecer Baraja fue dar entrada a Canós. Yaremchuk y Amallah. El resultado final fue de dominio público.
Con un equipo reforzado a duras penas este verano, y que este invierno va a sufrir el mismo tipo de planificación, el papel de los futbolistas que entren desde el banquillo debe tener un peso mayor. Desgraciadamente para el equipo, la realidad es que salvo Pepelu, no hay un solo refuerzo que esté siendo de ayuda para el equipo.
De los fichajes contratados este verano, Cenk comenzó jugando con cierta regularidad, pero la irrupción de futbolistas como Mosquera y Yarek, han llevado al turco a la inactividad (con alguna lesión de por medio) desde la jornada 9 en Mallorca. Otro clásico de las lesiones que no ha podido ofrecer más que 50 buenos minutos ante el Atlético de Madrid eses uss Sergi Canós. La grada de momento está siendo indu8lgente con el nivel ofrecido por el de Nules. Su declaración pública de smor este verano al club de Mestalla, esperar hasta la extenuación y forzar la situación con el Brentfortd tras dos meses jugando al gato y al ratón le valen momentáneamente el indulto de la grada, pero si no llega su aportación, la indulgencia en cualquier grada del planeta no es infinita.
El marroquí Selim Sellim Amallah era uno de esos futbolistas sobre los que se tenían esperanzas depositadas. Su perfil de jugador aguerrido y de equipo hacían prever que su incorporación presagiaba buenos augurios de con vistas a aportar capacidad ofensiva y despliegue desde la zona central hasta el la banda izquierda. Desde su autoexpulsión ante la Real y los viajes con su selección lo han acabado difuminando y situándolo en un plano muy alejado del esperado.
De Yaremchuk, poco hay que comentar. Ni está, ni se le espera. Y pese a que el entrenador lo excusa constantemente, no hay más que lo poco utilizado que ha sido el ucraniano en los partidos. Es más, la sensación generalizada es que en cuanto Alberto Marí esté apto, pasará a ser el segundo delantero en la rotación la plantilla para el entrenador.
Tampoco lo están arreglando algunos jugadores más veteranos en plantilla, pero cuya aportación se está quedando lejos de lo esperado. La reaparición en Girona de Diakahaby no quedaba ajustada a la exigencia que apremiaba al equipo en en esa fase del partido. Foulquier no está siendo el de las dos útimas campañas, y Hugo Guillamón no da el paso definitivo para su rehabilitación y recuperar la importancia que le consiguió colocar en la lista de 25 para el Mundial de Catar.
Esta semana llega el partido de Copa frente el Arosa y todos estos futbolistas van a tener que dar un paso al frente para que el trámite no se convierta en un drama.