El Valencia Mestalla mereció mucho más en la vuelta ante el Albacete pero no fue capaz de aprovechar las ocasiones. El valencianismo se enorgullece de sus jóvenes tras quedar a las puertas del ascenso a Segunda División
VALENCIA. El sueño del ascenso del Valencia Mestalla a segunda división se desvaneció en el último instante tras no poder el filial valencianista remontar el cero a uno que se llevó el Albacete del estadio valencianista pese a las ocasiones malogradas en el Carlos Belmonte, que encumbró a un nuevo héroe, su guardameta Tomeu Nadal.
El filial valencianista puso, pese a no conseguir el ascenso, punto y final a una temporada histórica, ya no solo por los resultados obtenidos en el verde, algo que hacía quince años que no se conseguía si no por conseguir que la afición se haya volcado con los jóvenes talentos de la cantera de Paterna.
En un momento donde el primer equipo solo aporta decepciones a la grada de Mestalla y justo cuando la fractura entre plantilla y afición es casi total, el filial ha conseguido que los seguidores vuelvan a ilusionarse con su equipo, algo que se ha visto en el estadio y también con los desplazamientos a Murcia y Albacete, donde la afición se volcó con el apoyo a su jugadores.
El vestuario terminó el partido muy tocado anímicamente tras rozar con las manos el ascenso a la división de plata. Un final cruel para unos jugadores que lucharon hasta el final y que, por lo visto en el césped, merecieron mucho más, tanto por juego como por ocasiones pero en este caso el fútbol no fue justo con el equipo de Curro Torres.
Salió el Mestalla, como ya había avisado su técnico, a por el partido desde el principio y estuvo cerca de lograr la remontada. El equipo se quitó de encima los nervios y la presión que pesó en el partido de ida y volvió a jugar como a lo largo del play off, sin medio, sin presión y sin nada que perder, lo que llevó a la soltura que le hizo alcanzar la final.
Eso le llevó a gozar de hasta cinco ocasiones claras de gol pero que se estrellaron con el palo o con Tomeu Nadal, que fue una pesadilla para Rafa Mir al que le sacó hasta dos manos a mano. También lo intentó Eugeni, que a punto estuvo de marcar un gol olímpico o Javi Jiménez, que tras una barullo en el área no acertó a rematar.
El árbitro también tuvo su dosis de protagonismo en el encuentro primero anulando una clara ocasión de Jordi Sánchez por un fuera de juego inexistente, después invalidando una jugada de Aridai que terminó en gol por saque de meta en un balón que llegó a salir y por último no señalando un claro penalti sobre Aridai en la primera mitada, además de no gozar del mismo rasero en cuanto a faltas y tarjetas.
Pese a no conseguir el éxito del ascenso, el Mestalla ha conseguido varios triunfos en esta temporada. El primero ya destacado el de reilusionar a la afición con el filial pero también ha mostrado los valores que debe adoptar el primer equipo para recuperar el lugar que se merece, que es la esencia de no rendirse hasta el final, como hizo hasta el minuto 95 en el Carlos Belmonte.
Ahora, tras la promoción, llega el momento de tomar decisiones con el futuro, ver que jugadores pueden dar el salto al primer equipo, quienes salen cedidos a segunda división o incluso primera o ver los que siguen en el filial el próximo año. La decepción se vio en las caras de los jóvenes jugadores tras el partido, pero el cruel final no debe empañar la histórica temporada del Valencia Mestalla.