El Valencia sumó un punto ante el Real Madrid que dejó con un sabor amargo a todos los asistentes debido a la ocasión fallada por Negredo en el último momento que pudo dejar los tres puntos en Mestalla
VALENCIA. El fallo de Negredo ante Keylor Navas en el minuto 93 de partido es el mejor reflejo del proyecto deportivo que ha construido Peter Lim en el Valencia CF. Un equipo caro que no termina de arrancar. Un equipo que lo intenta pero que está muy lejos del nivel que se podría esperar después de 200 millones inversión en fichajes. Ante el Real Madrid se volvió a demostrar que hay buenas piezas para armar un equipo compacto y competitivo. Sin embargo, sigue habiendo unas carencias importantes en determinadas zonas del campo.
Neville tiene mimbres para conseguir armar un buen bloque. Pese a Nuno y sus experimentos en la plantilla de 25 futbolistas que tiene el Valencia hay muy buenos jugadores y buenas alternativas en casi todos los puestos. En el partido ante los madridistas se volvió a ver a un equipo capaz de competir contra uno de los mejores equipos del mundo, pese a que los merengues no pasan por su mejor momento.
El inglés volvió a cambiar el dibujo y apostó por dos centrales y por dos extremos con Cancelo y De Paul y dejó Alcácer sólo en la pelea con Ramos y Pepe. En la sala de máquinas Parejo fue escoltado por Danilo y André. Los tres estuvieron a un nivel más que aceptable para pelear con Modric, Kovacic y Kroos. El planteamiento fue bueno y se notó que físicamente el equipo empieza a estar algo mejor tras las vacaciones de Navidad.
La primera parte tuvo dos caras. En los primeros minutos el conjunto de Benítez, que fue ovacionado por el público en su regreso a Mestalla tras doce años, quiso tener más la pelota y el Valencia le dejó. Preparó ese partido de repliegue e intento de salidas rápidas. El problema fue que contactaron de manera brillante los cracks madridistas. No están finos pero Ronaldo, Bale y Benzema tiene calidad a raudales. Abdennour volvió a cometer un error impropio de su veteranía y una triangulación acabó con la pelota en los pies de Benzema en la frontal que sin ponerse nervioso la cruzó imparable para Jaume. Ese gol cambiaba el partido. Los madridistas podían jugar a lo que les gusta, la contra, y el Valencia estaba obligado a tomar riesgos e irse a por el partido. Y así lo hicieron. Guiados por un André Gomes que está llamado a ser uno de los mejores de Europa con la ayuda de De Paul que jugó uno de sus mejores partidos, escoltado por un buen Danilo y un buen Parejo, más un Cancelo que empieza a ser un jugador más que importante para el equipo los valencianistas embotellaron a los merengues y tuvieron dos ocasiones.
La primera fue de Cancelo en un cabezazo que se marchó fuera por medio metro y la segunda para André tras una gran asistencia de De Paul. Cuando ya llegaba el descanso, el mago se fabricó una jugada ante Pepe en la que Sánchez Martínez no pudo otra cosa que señalar penalti. Fue clarísimo y con la misma claridad Parejo definió en el empate. Así se llegó al descanso.
De los vestuarios regresó el Valencia CF con la misma idea con la que compareció en el partido, esperar y salir a la contra. Pasaron los minutos y los de Neville se vieron fuertes porque el Madrid no generaba peligro. Poco a poco fueron creyendo en sus posibilidades y esa idea se elevó por mucho cuando Kovacic arrasó a Joao Cancelo por detrás con una entrada criminal y vio la roja directa. Otra vez al colegiado no le quedó más remedio que pitar en contra de los madridistas porque la acción fue clarísima. En ese momento los valencianistas pensaron que la victoria llegaría por inercia y fue cuando el Madrid más apretó.
Benítez replegó filas esperando las contras con Bale o Cristiano y además metió a Lucas Vázquez por el tocado fisícamente Benzema. Con diez madridistas en el campo al Valencia le costó más llegar arriba y en una jugada a balón parado Bale puso el segundo en el marcador. Parecía la sentencia pero ni por asomo. El partido que tuvo un punto de Premier con mucha ida y venida, todavía tenía mucha vida. Alcácer empató el partido sólo un minuto después del gol de Bale y Negredo la tuvo cuando el partido se moría.
El vallecano tuvo la gloria en sus botas. Se plantó sólo ante Navas. El reloj se detuvo y tuvo tiempo de pensar si disparar seco, picado, a colocar o si pasársela a Rodrigo que llegaba sólo por la derecha. Tiró al muñeco. Mal. Flojo. Como toda su etapa en el Valencia CF. Ese gol le hubiera hecho recuperar una buena parte de la confianza en él mismo y de la gente pero erró. Con Mestalla lamentándose por la ocasión desperdiciada Bale se quedó solo ante Jaume pero se escoró y la reventó a la grada. Ahí murió el partido. 93 minutos de intensidad y de muchas alternativas. El Valencia CF compitió y lo hizo ante uno de los mejores. Demostró que puede y que tiene argumentos. Ahora hace falta que Neville le saque partido a la plantilla de manera regular.