VALÈNCIA. Un lustro con altibajos. Así se puede definir los primeros cinco años de Peter Lim como propietario del club de Mestalla en el plano deportivo. Tras un proceso de venta muy convulso, el multimillonario asiático se hizo con el paquete accionarial y su gestión ha tenido de todo, tres temporadas en Champions League, un título once años después y otros dos en los que el Valencia deambuló por el fútbol español llegando a coquetear con los puestos de descenso.
Ha llovido mucho desde que Peter Lim aterrizara en Valencia en octubre de 2014. No obstante, pese a no ser el dueño de forma oficial, ya dirigió el proyecto deportivo desde Singapur. De hecho, su primera decisión llegó en julio cuando prescindió de los servicios de Juan Antonio Pizzi para dar el banquillo a Nuno Espirito Santo.
La primera temporada del técnico portugués invitaba a pensar que el Valencia iba a instalarse en la parte alta de la clasificación de forma permanente. Consiguiendo el billete para la Champions en Almería, todo se rompió por el peso de la dirección deportivas en determinadas decisiones. Peter Lim dio el poder a Jorge Mendes y firmó sin el conocimiento de Rufete y Salvo a Rodrigo Caio, que finalmente no superó el reconocimiento médico.
Aquella situación provocó la marcha de Rufete y Salvo, entrando en la etapa oscura de Meriton en Valencia. La salida de Nuno Espirito Santo del banquillo desencadenó la llegada de Gary Neville, Pako Ayestarán y Cesare Prandelli. Ninguno logró reconducir un equipo que tenía problemas para mantener la categoría y apareció Voro para tomar las riendas del banquillo. Tampoco funcionaron las incorporaciones de Alesanko o Suso García Pitarch como directores deportivos.
Fue en ese momento cuando Peter Lim consultó con el presidente de LaLiga, Javier Tebas, la posibilidad de traer un ejecutivo con experiencia para reflotar su inversión. La entrada de Mateu Alemany cambió el rumbo del club, apostó por la entrada de Marcelino García Toral en lugar de Quique Setién, que era el preferido de Alesanco. El técnico asturiano devolvió al equipo a la Champions las dos últimas temporadas y conquistó una Copa del Rey once años después.
Sin embargo, al igual que ocurrió en el verano de 2015, las diferencias en la parcela deportiva sobre los fichajes acabó costándole el puesto a Marcelino y en los próximos días se concretará la salida de Mateu Alemany. Una decisión que ha generado rechazo en el valencianismo hacia la figura del máximo accionista, que vive su momento más crítico desde que comprara la entidad. También lo atraviesa el presidente Anil Murthy, cuyos gestos callando a Mestalla han provocado que su popularidad haya descendido de forma alarmante en los últimos meses. Ahora, con Celades en el banquillo y con el equipo metido en la pelea por sus objetivos, Peter Lim busca una nueva figura para liderar la parcela deportiva.