VALÈNCIA. Esta pregunta me invade el cerebro desde hace mucho y hoy ya exploto. Tenemos una gestión que no se puede calificar por escrito, un equipo lleno de nanos que no están acostumbrados a vivir esta situación, un entrenador tan leyenda como novel en Primera... y ¿no vamos jugar tampoco en los despachos? ¿Tampoco? De verdad... si el Cádiz ha pedido hasta !parar LaLiga!
No nos engañemos, unos de los problemas es que el Valencia declaró la guerra a la RFEF por la Supercopa para quedarse como 'mascota' de Tebas y ahora está más solo que la 'una'. El presidente de LaLiga mantiene una cara amable para tener cierto poder decisión en un futuro traspaso del paquete accionarial y Rubiales no es que le tenga un cierto 'amor' al Valencia al igual que otros clubes como se destapó hace unos meses.
El Valencia y el valencianismo caemos antipáticos. Es algo que creo que va en el ADN y la forma que ha tenido de competir este club y por el que todos nos hemos sentido orgullosos. Me sale la bilis... es que me sale la bilis cuando voy escuchando en cada campo el 'A Segunda'. No fue solo cosa del Camp Nou, esta corriente circula en cada visita de Valencia. Solo veo un equipo indolente, anestesiado y con poco margen de reacción. Y si enciman te roban...
¿Hay que conformarse? Que la mayoría no estemos de acuerdo con la tibieza institucional del club a la hora de denunciar una cuchillada tras cuchillada por los arbitrajes, no debe generarnos impotencia. Hay que rebelarse. Como dijo mi compañero Montalt, estamos solos. Y en ese escenario, Mestalla debe ser insufrible para cualquier rival que venga. No esperemos una estructura que mande un mensaje contundente para frenar este atropello, que se vayan a refugiar en Mestalla o que el amado líder solucione con préstamos lo que no puede hacer en el terreno de juego.
Muchos estadios, aficiones... quieren dar el boleto de Segunda al Valencia en marzo. Es evidente que somos un incordio y es un gigante al que es el momento de clavar una espada en el esternón. Mestalla no lo puede permitir. Hay que apretar y ser incómodos más que nunca, sabiendo que muchas aficiones están disfrutando con nuestro sufrimiento. Mestalla es la resistencia ante todo. No nos olvidemos de estos comportamientos cuando regresemos. Mestalla debe ser un infierno. Si casi todos nos rechazan, pues habrá que decir 'aquí estamos'.