Hoy es 5 de octubre
VALÈNCIA. El Getafe ha puesto en el mercado a Mauro Arambarri y Djené. Su presidente, Ángel Torres, es un tipo listo. Esta pasada semana el mandatario informó sin rubor, utilizando un altavoz mediático (en una entrevista en la Ser), que ambos futbolistas ya han renovado su contrato hasta el año 2025 con una cláusula de rescisión a la baja y que si llega una oferta importante por alguno de los dos jugadores, el club azulón estará dispuesto a negociar su traspaso. Eso sí, siempre y cuando la propuesta económica sea beneficiosa para todas las partes. Bueno, eso de “para todas las partes” que suena a coletilla o recurso estilístico habitual, quiere decir que la oferta monetaria sea beneficiosa para el Gáfate, claro.
Ya he dicho que Ángel Torres es un tipo listo. Muy listo. El presidente del Getafe sabe de sobra que tanto Arambarri como Djené (más el primero que el segundo) son dos jugadores que anhela Pepe Bordalás para el Valencia del futuro. En el caso de que el técnico continúe la próxima temporada, que aún está por ver. Y ha dejado la pelota de las ventas botando delante de una de las porterías de Mestalla para ver si el Valencia se anima a empujarla. Pensar en que Arambarri cuesta 9 millones de euros menos que el curso invita, cuanto menos, a darle una pensada a la operación. Pero me cuesta creer que pese al interés de Bordalás en volver a entrenar al centrocampista, lo veamos vestido de blanco el año que viene.
No veo al Valencia en condiciones de afrontar ninguna de las dos operaciones. Ni la de Arambarri ni la de Djené. Porque, pese a que el Getafe haya colgado el cartel de rebajas, ninguno de los dos llegaría a precio de saldo. Y en Mestalla tampoco se está por la labor de gastar un dinero del que no se dispone. Bueno, Lim tiene pasta de sobra. Pero no se la quiere gastar en el Valencia. Es muy posible que, desvelados los planes del Getafe, tanto Arambarri como Djené sean traspasados al final de campaña. Pero mucho me temo que, o cambian las cosas, o el Valencia no será su destino. Pensar en la llegada de alguno de estos dos jugadores es más un Salto de fe que otra cosa.
El mercado del Valencia, por desgracia, es otro. Y no se caracteriza por una política de fichajes sino de traspasos. Entre ellos el de Guedes y, si mucho me apuran, incluso el de Carlos Soler. El club tiene la obligación de hacer caja porque su economía es insostenible. Bajo este panorama, los jugadores que se fichen no serán futbolistas contrastados (salvo que se logre alguna cesión como la de Bryan Gil), sino futbolistas que lleguen casi a coste cero con la intención de hacerse un nombre en el panorama futbolístico nacional. Y ahí es donde la secretaria técnica del club, si es que la hay, deberá hilar muy fino y centrar el tiro. Porque una suma de errores te puede volver a llevar a esa mediocridad absoluta que tanto detesta Mestalla.