NUNCA HE ESTADO EN TURQUÍA / OPINIÓN

Un sicario en la ONU

26/09/2023 - 

VALÈNCIA. Mucho se ha hablado estos días del posible convenio que se le ha de conceder a Peter Lim (que no cuenten milongas porque él será el principal beneficiado y no el club) para que acabe con los 80 millones de euros procedentes de CVC el Nou Mestalla.

No cuento las declaraciones de Javier Tebas que ha dejado entrever varias veces que a él lo deportivo le importa lo mismo que le importaría a Torrente que se le acabe el bote de desodorante. A él le pica lo del nuevo estadio porque está la pasta de CVC en juego. Además, preguntarle por Lim al señor que da las órdenes para que se silencien en las retransmisiones televisivas las protestas contra Lim es como preguntarle por Franco al director del desaparecido NO-DO.

Es más, no me fío de Lim. No tiene credibilidad ninguna. Así que si no me fío de Meriton imagínense de alguien que hable en su nombre para prometernos un futuro mejor. Lo hicieron Amadeo y Aurelio, lo hizo Layhoon, lo hizo Murthy y hasta Kiat Lim con el mismo resultado en todos los casos. Si el propietario quiere expresar algo, que lo diga él. Que haga una rueda de prensa y lo exponga claramente (y aún así va a ser complicado creerle). Los voceros de Lim que prometen que nos espera el Maná gracias al amado líder, me resbalan. Pueden ir desfilando en fila de a uno. Lo que diga Tebas con respecto a los proyectos de futuro de Lim me merece la misma credibilidad que Falete anunciando productos adelgazantes.

Nadie puede asegurar que si a Lim le dan el convenio vaya a revalorizar el club y a venderlo, de la misma manera que nadie puede asegurar que si no se le da el convenio, vea que no pueda liquidar lo único que le queda (los activos inmobiliarios del club), se harte y se marche. Nadie puede poner la mano en el fuego ni por una hipótesis, ni por la contraria.

Sin embargo y llegados a este punto, hay para mí tres evidencias fundamentales (además del historial de Lim) que me hacen decantarme por la opción de que ponerle la alfombra al bróker es una opción -como mínimo- desaconsejable.

La primera es que todo el mundo habla de que hay dinero para reactivar las obras ¿Pero hay dinero para acabarlas? De eso nadie está hablando cuando el club ha reconocido por activa y por pasiva que los bancos ya no les prestan financiación.

La segunda es que para aquellos que dicen que acabando el estadio Lim revalorizará el club, venderá y se marchará. Si Lim parece que pediría a día de hoy 300 millones de euros por el Valencia CF actual (abandonado, sin proyecto, hundido en lo deportivo y con más deuda) ¿Cuánto podría pedir por el club con el estadio acabado? ¿500 millones? ¿600? Y, dicho eso, ¿quién estaría dispuesto a hacer esa inversión cuando Tebas ha reconocido abiertamente que los grandes inversores no quieren saber nada de LaLiga por las limitaciones económicas que el propio organismo impone? De que busque/supervise Tebas el posible futuro comprador, mejor no decir nada sabiendo cuál es el tipo de empresario que le gusta al presidente de LaLiga.

Y en tercer lugar, pero para mí el motivo más llamativo, es el interlocutor elegido por Lim para la primera toma de contacto con el nuevo gobierno del Ayuntamiento. La semana pasada supimos que Lim (demostrando que el local management pinta lo mismo que Carmen Machi en la saga Fast & Furious) eligió para esa primera toma de contacto a Germán Cabrera. A su abogado, al tipo que representa sus intereses y al que le da lo mismo si el Valencia desaparece (no representa los intereses del club, sólo los de Lim). 

Lim envió a las primeras conversaciones con el Ayuntamiento al tipo que ejecutó la orden de denunciarles (a ellos y a la Generalitat) a los tribunales. Para que lo entiendan mejor: esto es como si la ONU plantea una conferencia de paz para resolver el conflicto entre Ucrania y Rusia. Entonces, Ucrania se planta en la sede de la ONU con su embajador y Rusia se presenta a la conferencia de paz con el nuevo jefe del batallón Wagner, Konstantin Pikalov (que Prigozhin, tuvo unos problemillas).

Llevar a las primeras conversaciones con el Ayuntamiento a Germán Cabrera (¿Recuerdan a Murthy? "Yo sonrío a los políticos y luego '¡Pum!' con Germán Cabrera a los tribunales") es como si te presentaras a una conferencia de paz en la ONU con un sicario. De entrada, mucha confianza y mucho talante negociador no inspiras ¿Qué puedes esperar de alguien que a las primeras de cambio para un convenio con el Ayuntamiento envía al abogado que representa sus intereses, no representa para nada a los del Valencia CF y que encima tiene denunciados al Ayuntamiento y a la Generalitat? 

Llámenme desconfiado, pero el convenio debe ser para quien se lo gane, y el primer movimiento de Lim con el nuevo gobierno del consistorio más levanta más sospechas un pavo escuchando una pandereta.

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