VALÈNCIA. El Valencia Basket visitará este jueves al Orman Genclik turco en el encuentro de ida de la segunda eliminatoria de la Eurocopa y lo hará tras poco más de dos semanas sin competir y sin apenas entrenar por un brote de covid-19 pero con la idea de que ese lastre no le impida conseguir un resultado cómodo para la vuelta en la Fonteta.
El equipo de Rubén Burgos no juega un partido desde hace dieciséis días y varias jugadoras (el club no confirmó cuántas) se contagiaron de coronavirus desde el último partido disputado.
El hecho de que el juego del Valencia se base en buena medida en el ritmo (una defensa agresiva que le permita atacar rápido) puede complicar algo su regreso a la competición, aunque siempre tiene el colchón del encuentro de la semana que viene en la Fuente de San Luis.
Antes de iniciar un complicado viaje a Turquía, el equipo pudo entrenar un par de días en València para empezar a preparar el choque ante un rival que en la primera fase ganó cuatro de sus seis encuentros (por el seis de seis que hizo el Valencia) y que en la primera eliminatoria se deshizo del ACS Sepsi-SIC rumano sin demasiados problemas.
El equipo otomano tiene en la exterior estadounidense Danielle Robinson y en la interior norteamericana Teaira McCowan, una de las jugadoras más determinantes de la competición por su altura, a sus principales referencias. Ambas serán las principales preocupaciones defensivas del equipo valenciano.
Para este encuentro, el técnico valenciano mantendrá la baja de Raquel Carrera, que no volverá a jugar hasta la próxima campaña tras ser operada de la rodilla, y tiene las dudas de la también interior Laura Gil, que se ha resentido de una antigua lesión, y de Ana Gómez.
Rubén Burgos tampoco podrá contar con su segundo entrenador Roberto Hernández y su entrenadora ayudante Mara Sorlí a causa del Covid-19.